Lo siento, los controles de tu Wii, Xbox o Playstation son un asco. Lo bueno es que existen formas de limpiarlos, las que están recomendadas por los fabricantes para no provocarles daño y nosotros te vamos a enseñar cómo.
Los joysticks o controles de los videojuegos son el hogar de miles de gérmenes, ya que tus manos los tocan en todo momento: después de sonarte la nariz, volver de la calle, saludar a ese amigo que no se las lava después de ir al baño, etcétera.
¿Qué necesito para limpiar un control de videojuegos?
Como todo artefacto electrónico, los controles de videojuegos son delicados, y no vale usar cualquier cosa para limpiarlos. Por eso necesitas elementos que seguramente tienes en casa:
-Cepillo de dientes nuevo y de cerdas suaves, si es de niño mejor
-Bastoncillos de algodón (hisopos como los de la foto)
-Paño de microfibra o toallitas húmedas de bebé
-Palito de brochetas
-Alcohol
-Agua
-Papel de impresora
**No se te pase por la cabeza usar cloro o alcohol gel, ya que podrías dañar el control.**
Cómo limpiar tu control
Los controles de videojuegos utilizados por las diferentes consolas no son difíciles de limpiar, pero debes tener ciertas precauciones: desconéctalos de cualquier cable u otro accesorio y quita las baterías.
Lo primero es quitar todo exceso de polvo o suciedad con el cepillo de dientes de niño, ya que además de ser más pequeño y permitirte llegar a zonas difíciles, es mucho más suave, por lo que no vas a rayar la superficie de tu control.
Si no lo limpias hace tiempo, lo más probable es que en las depresiones que tiene todo control, te encuentres con mugre.
Con mucho cuidado, intenta removerla con el palito para brochetas o doblando la esquina de un papel de impresora en 4 partes, todo depende del porte de la zona. Nunca uses líquido en estas partes.
Sacamos la suciedad visible lo mejor que se pueda, y ahora es tiempo de desinfectar. Crea una mezcla en un recipiente que sea mitad agua y mitad alcohol y revuelve para que ambos líquidos queden bien unidos.
Tenemos la opción de humedecer un poco el paño de microfibra con la mezcla de agua y alcohol, cuidando que no gotee, y solo se moje levemente o aprovechar las toallitas húmedas de bebé, aunque estas suelen tener un poco de crema, por lo que prefiero el paño.
Pasa el paño por toda la superficie del control moviéndolo de forma circular. Para las zonas de difícil acceso utiliza un bastoncillo de algodón humedecido con la misma mezcla de agua y alcohol, cuidando que no entre líquido al control.
Cuidado con las zonas de los botones; usa los bastoncillos para limpiar abajo y alrededor.
Al terminar, deja que se seque al aire y, solo cuando se haya ido toda la humedad, puedes volver a colocar las baterías.
Mantén tu control limpio
Este primer aseo es ideal si es que tu control no se limpia hace tiempo y deberías repetirlo cada seis semanas, pero al menos una vez por semana puedes hacerle una limpieza menos profunda utilizando el cepillo de dientes y un pañito húmedo. Puede ser uno de bebé o comprar los que se venden para este propósito, aunque a mi juicio son un gasto de dinero innecesario.
Si notas que tu control se ensució con chocolate o está pegajoso porque no se te ocurrió limpiar el helado o aceite de tus manos antes de tocarlo, no esperes hasta la limpieza semanal.
Antes de que las manchas se sequen usa un pequeño pedazo de papel humedecido (no papel higiénico porque se deshace rápido). El papel secante de cocina es una buena opción.
No esperes que los controles de tus consolas comiencen a mutar por la cantidad de gérmenes que tienen encima. Si los limpias bien y, más importante, les realizas un mantenimiento frecuente, quedarán como nuevos.
Fuente: Ojo científico