«Es imposible que Vostochny reemplace a Baikonur, puesto que no necesitamos una réplica de esa base. El nuevo cosmódromo será más pequeño y contará con otro tipo de tecnología», agregó Permínov.
Vostochny, cuya construcción cuenta con un presupuesto de 740 millones de dólares (unos 578 millones de euros) para los primeros tres años, tendrá rampas de despegue, pistas de aterrizaje y plantas de oxígeno, hidrógeno y nitrógeno.
Se prevé que los primeros satélites, cargueros y, probablemente, módulos para la Estación Espacial Internacional (EEI) se lancen desde esta nueva base en 2015 y los primeros vuelos tripulados despegarán entre 2018 y 2020.
Asimismo, Permínov anunció hoy el lanzamiento antes de 2011 de tres satélites de supervisión de la Tierra, entre ellos uno para el análisis climatológico.
En la actualidad, Rusia colabora también en la construcción de un centro espacial surcoreano y tiene previsto para este año el lanzamiento de un cohete portador Soyuz-ST desde la base de Kurú, en la Guayana francesa.
Tras la caída de la Unión Soviética, Rusia se vio en la obligación de alquilar las instalaciones de Baikonur, que se encuentran en la estepa kazaja.
En enero de 2004, Putin y el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, suscribieron un nuevo acuerdo de alquiler que permitirá a Moscú utilizar Baikonur como su principal terminal espacial hasta 2050.
Desde Baikonur, Rusia realiza el 70 por ciento de los lanzamientos de su programa espacial civil y militar y hasta el 80 por ciento de los contratos firmados con terceros países para ubicar en órbita sus satélites de comunicaciones.