El auto, en poder de la presidencia de Brasil desde 1953, cuando el país era gobernado por el reformador laboral Getulio Vargas, recorrió la céntrica Explanada de los Ministerios desde la Catedral hasta la sede del Congresso, con una multitud apostada a la orilla de la ruta ondeando banderas rojas del Partido de los Trabajadores (PT) y las verde-amarillas de Brasil.
Rousseff iba con el automóvil cubierto a causa de la lluvia que comenzó a caer pocos minutos antes de su recorrido. Fuera del auto iban a pie seis agentes de seguridad femeninas, escogidas por la ahora mandataria, seguidas de una escolta militar con uniforme de gala y montados a caballo.
La lluvia paró justo cuando Rousseff entró a la sede legislativa.
Una reliquia que sólo se usa en ocasiones especiales
Con su motor y su panel de madera originales, el Rolls Royce es una reliquia que únicamente circula en ocasiones especiales, como la investidura presidencial y el desfile militar del 7 de septiembre, día de la independencia.
El auto está revestido de un misterio sobre su origen. Unos dicen que fue un obsequio de la reina Isabel II de Inglaterra, mientras otros aseguran que fue un obsequio de empresarios cafetaleros al entonces presidente Vargas, según reseña AP.
El responsable de cuidar del auto desde hace 20 años, Areolino Moreira de Castro, dice que la leyenda que rodea el vehículo sirve para aumentar su encanto.
“Se investigó que el modelo fue comprado por Getulio Vargas, pero hay quien dice que existen documentos que prueban que fue adquirido por unos 10 empresaros cafetalero y obsequiado a Vargas. La verdad tal vez nunca se compruebe”, dijo Moreira de Castro, citado por el blog de la presidencia brasileña.
Estrenado el 1 de mayo de 1953 por Vargas, durante las fiestas del día de los trabajadores, el auto ha trasladado a figuras como el líder francés Charles de Gaule, la reina Isabel II, el ex gobernante militar peruano Manuel Odría, y más recientemente el ex primer ministro británico Tony Blair.
El auto suele ser expuesto para visita pública cada primer domingo del mes en el presidencial Palacio del Planalto, de Brasilia.