El robot, creado por la compañía estadounidense Sphero, fue lanzado en Estados Unidos y otros mercados y según sus fabricantes, agotó sus unidades en todos los países donde está disponible
El adelanto de El despertar de la fuerza, el séptimo episodio de la saga de la Guerra de las Galaxias, aparecía un simpático robot circular, que muchos toman como el heredero para la nueva generación de R2-D2.
Resultó no ser una animación, sino un dispositivo con forma de pelota que se mueve gracias a un sistema interno, y cuyo desarrollador para la película, Sphero, ahora transformó en un juguete: el BB-8 (el nombre con el que se identifica al robot en la película), que salió a la venta en Estados Unidos a un precio de 150 dólares, y que es la continuación de otro juguete similar que ya tenía en el mercado, pero al que ahora le agregó una cabeza.
El robot a control remoto es una esfera con una cabeza unida magnéticamente, y puede avanzar, retroceder, girar, etcétera, gracias al control remoto (una aplicación corriendo en un smartphone o tableta). El robot también puede moverse en forma autónoma, explorando una habitación, responder a comandos de voz o ejecutar una serie de movimientos predefinidos.
La batería interna le da una autonomía de 3 horas, y se recarga con una base especial.
Para Disney (que compró la franquicia de la Guerra de las Galaxias en 2012) será otra forma de recuperar los 4000 millones de dólares que pagó por ella. Pero parece destinado a ser un negocio redondo, si se tiene en cuenta la historia de la saga: en 1997 los juguetes inspirados en la Guerra de las Galaxias habían generado 9000 millones de dólares en ventas, 3000 millones más que las películas en sí, según recuerda Time.