Río recibió, de forma espectacular, su década de oro y presentó el logo de los Juegos del 2016

   Con unas dos millones de personas en la costa de la famosa playa de Copacabana, la ciudad de Rio de Janeiro recibió la medianoche del viernes el año 2011, abriendo lo que los cariocas consideran la ‘decada de oro’ con una serie de acontecimientos que marcarán su historia.

Tras la cuenta regresiva un show deslumbrante de fuegos artificiales se desató ante una multitud extasiada que celebró cada estallido con gritos, brindis y abrazos, depositando sus esperanzas de buenos cambios.

Según las autoridades turísticas, la ‘Ciudad Maravillosa’, que recibirá en el 2014 la Copa del Mundo de fútbol y en 2016 los Juegos Olímpicos, entre otros eventos, recibió para la despedida del año a unos 600.000 turistas.

Rio se vio agraciado por la bendición de una noche sin lluvia molesta, pese a chubascos aislados.

El marco no podía ser más atractivo pues cruceros y muchas embarcaciones se apostaron en el mar para ver el lanzamiento de unas 25 toneladas de fuegos de artificio desde 11 balsas apostadas a unos 400 metros de la costa.

Desde cada balsa se lanzaron 2.250 bombas de colores, para un espectáculo de más de 15 minutos con efectos coloridos en el cielo.

La playa de Copacabana era uno de los cuatro grandes palcos de fiestas multitudinarias organizadas por la alcaldía, con intensos shows pirotécnicos y musicales como el de los astros de la música local, el sambista Zeca Pagodinho, la cantante bahiana Daniela Mercury o la escuela de samba Beija Flor.

Una de las novedades fue que los lanza-bombas fueron hechos a medida para poder seguir de forma sincronizada el compás musical de una banda sonora que incluyó mezclas de autores clásicos como Beethoven o el brasileño Héitor Villa-Lobos y ritmos de samba.

Presentaron el logo de Río 2016

El punto destacado de la noche fue también el lanzamiento del logo de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.

Su esperada presentación pública tuvo lugar en una pantalla gigante de 150 m2 y contó con la presencia de las máximas autoridades de Rio y del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. Luego fue desplegado en una gran bandera que se paseó por el público.

Desde temprano en la mañana centenas de personas, muchas ataviadas en ropas blancas tradicionales para la fecha y que representan pureza y paz, se dirigían hacia Copacabana (en la turística zona sur) para presenciar el show de ‘Reveillon’ (Año Nuevo), el cual tuvo un costo de unos 10 millones de dólares.

El tema de la paz no es menor en Rio, aquejada desde hace décadas por la endémica violencia urbana. El color blanco de la paz parecía apoyar la política de seguridad del gobierno local, manifestada en operaciones masivas en favelas como la que permitió este año la reconquista de manos del narcotráfico de varias comunidades pobres.

“Tenemos orgullo de vivir en Rio, hoy festejamos en paz”, dijo a la AFP Suzane Arantes, de 22 años, vendedora ambulante.

También hubo quien luciera prendas amarillas expresando su deseo de bonanza económica o el rojo del amor y la pasión.

No faltaron los que saltaron las siete olas entrando al mar o que lanzaron flores blancas a las aguas oceánicas en ofrenda a Iemanjá, la ‘Diosa del Mar’.

“Queremos mucha alegría para todos porque creemos que ésta va a ser una década muy rica para Rio y para Brasil, lo estamos esperando”, declaró a la AFP Bruno Antunes (32), diseñador gráfico que llegó desde Sao Paulo el día antes de que Dilma Rousseff asuma la presidencia del país.

Con los primeros minutos del Año Nuevo los besos, brindis con espumante y abrazos se multiplicaron a lo largo de la playa en júbilo por los colores y estruendos de un espectáculo para el recuerdo.