El importador pidió a todos los concesionarios Chery y Great Wall que dejen de vender los vehículos sospechosos mientras que la comisión australiana de la competencia (Accc) supervisaba de cerca la operación.
El amianto fue detectado en las juntas de estanquidad de los motores y en los sistemas de escape.
“El amianto es una sustancia peligrosa prohibida, y el trabajo con estos motores y sistemas de escape sólo tendría que ser llevado a cabo por personal cualificado, con procedimientos de seguridad adecuados”, indicó Delia Rickard, vicepresidente de la Accc.
“La ACCC supervisará la retirada de estos vehículos y los responsables de salud y seguridad en el trabajosupervisarán los problemas de seguridad en los lugares de trabajo”, añadió.
El sindicato australiano de operarios (Amwu) consideró por su parte inadmisible que los vehículos hayan podido entrar en Australia, donde la utilización del amianto está prohibida desde 2004.
“El amianto mata, es algo tan simple como eso. No tendría que haber ni en las casas, ni en los materiales de construcción ni en los coches”, dijo en un comunicado Paul Bastian, el secretario general del sindicato.
El amianto fue detectado por los agentes de aduanas australianos, indicó la Accc.
La inhalación prolongada de fibra de amianto puede provocar enfermedades graves, como el cáncer de pulmón.