Los investigadores de la Universidad Napier de Edimburgo han producido un tipo de combustible llamado butanol mediante el uso de “pot ale” _ el líquido que sobra tras la destilación en los alambiques de cobre _ y el “draff”, el grano de los cereales usados en el proceso de fabricación.
Sostienen que el butanol puede ser utilizado en vehículos ordinarios sin que sea necesario modificar los motores. Y al contrario que algunos biocombustibles, es extraído de productos residuales y no es necesario plantar ni cosechar plantas determinadas para ello.
Los investigadores sostienen que han solicitado una patente para el combustible y piensan establecer una compañía para distribuirlo en las estaciones de servicio británicas.