El nuevo deslave se registró en Reforma y Planada, un caserío del municipio de Amatán, en una zona aislada de Chiapas, donde el secretario de obras públicas local Guillermo Castellanos informó que «fallecieron 16 y sus cuerpos han sido rescatados, hay cinco menores de edad, tres recién nacidos y ocho adultos», informó AFP.
Otro balance de un funcionario del gobierno de ese estado fronterizo con Guatemala señalaba 12 muertos, cuatro desparecidos y 16 heridos.
En el lugar se encuentra el gobernador de Chiapas, Juan Sabines, brigadistas de Protección Civil y personal del Ejército mexicano, quienes buscan a los cuatro desaparecidos, añadió la fuente.
En tanto en las montañas de Oaxaca, también en el sureste de México, cerca de 200 hombres con palas y picos se concentraban en la búsqueda de 11 desaparecidos en Santa María Tlahuitoltepec, donde una falsa alarma de las autoridades había reportado una tragedia de grandes dimensiones con miles de muertos.
Este miércoles los grupos de rescate encontraron dos cadáveres dentro de una construcción de concreto enterrada por el lodo, con lo que la cifra total de desaparecidos se redujo a nueve.
El deslave que cayó sobre Santa María Tlahuitoltepec es sin duda enorme, pero milagrosamente evadió las zonas más densamente pobladas, donde reside la mayoría de sus 10.000 habitantes.
La noticia del alud en esa comunidad de Oaxaca generó el martes una movilización nacional, que incluyó el despliegue de helicópteros, cientos de hombres del Ejército y hasta ofrecimientos de colaboración internacional después que el gobernador Ulises Ruiz mencionó hasta un millar de muertos en un reporte inicial.
Con el correr de las horas el balance inicial se fue reduciendo, pasando de un millar de probables muertos a ninguno y a los 11 desaparecidos.
«Nosotros revisamos las casas en los ocho barrios que hay aquí», y aunque hay muchas viviendas que se encuentran en malas condiciones «la emergencia ya no existe», dijo a el general Alberto Martínez Herrera, comandante de la octava región militar en Oaxaca y quien encabeza el operativo en Santa María Tlahuitoltepec.
Las comunidades donde se han producido los deslaves mencionados se encuentran enclavadas en zonas de difícil acceso, que sólo tienen comunicación vía teléfonos satelitales.
Oaxaca y Chiapas, mayoritariamente indígenas, se encuentran entre las zonas más afectadas por las lluvias que han caído en las últimas semanas en México, como resultado del paso del huracán Karl y de la tormenta tropical Matthew.
El presidente mexicano Felipe Calderón dijo que las lluvias que provocaron los deslaves demuestran la urgencia de que la comunidad internacional llegue a un acuerdo sobre el cambio climático, de cara a la cumbre que se efectuará en Cancún a finales de este año.
Como ejemplo de las catástrofes que se avecinan si no hay una respuesta global, el mandatario dijo que quizá el mundo «necesita ir a ver a las familias que hoy en México, por ejemplo, perdieron su vivienda o parte de ella».
Desde mayo las lluvias han dejado en México 80 muertos, más de 810.000 damnificados y pérdidas cercanas a los 4.000 millones de dólares, según cifras de Protección Civil.