Fuentes del Ejército mexicano señalaron en varias ocasiones que miembros de esa corporación policial han sido corrompidos por carteles de las drogas que operan en Monterrey, capital del estado de Nuevo León.
El alcalde de la ciudad, Fernando Larrazabal, informó que hasta hoy han solicitado su renuncia a la corporación policiaca municipal 136 agentes, quienes están acudiendo a la dirección de Recursos Humanos a solicitar el pago de su liquidación.
De estos 136, cien asistieron este jueves a solicitar su baja.
Larrazabal ordenó el lunes pasado que los 14 mandos de la corporación policiaca y los alrededor 600 policías operativos fueran sometidos a cinco exámenes para determinar quiénes seguirán trabajando y quiénes serán dados de baja.
Entre otros, están exámenes de habilidades mentales y de reacción, de detección de consumo de drogas y de mentiras (polígrafo).
El alcalde destacó que los policías que no deseen someterse a los cinco exámenes deberán acudir al área de Recursos Humanos de la corporación para que sean dados de baja y se les liquide al cien por ciento.
“Ni yo ni la ciudad de Monterrey ocupamos en estos momentos policías que no tengan el compromiso que requiere esta profesión”, dijo Larrazabal.
El alcalde añadió que el próximo viernes, cuando estarán los resultados de las pruebas, será determinada la cifra de efectivos que dejarán la corporación municipal.
Policías que hablaron bajo la condición del anonimato comentaron que prefieren renunciar ya que “es poca paga y mucho peligro”. Se calcula que en total 200 agentes presentarán su renuncia.
“Nuestras familias siempre están preocupadas. Nunca sabemos si vamos a regresar”, dijo un efectivo que trabajó ocho años en la corporación y quien recibirá un cheque por 80.000 pesos (6.250 dólares).
El Ejército mexicano ha documentado que la policía de Monterrey está infiltrada por el crimen organizado y que muchos de sus efectivos trabajan para el grupo conocido como Los Zetas.
En los últimos meses varios de sus agentes han sido detenidos por colaborar con carteles del narcotráfico y se ha descubierto que incluso algunos policías secuestraron ciudadanos para entregarlos a la delincuencia organizada para extorsionarlos o eliminarlos.
Por otra parte, soldados del Ejército mexicano se enfrentaron con armas largas y granadas de fragmentación con sicarios que se desplazaban en tres camionetas en caminos rurales de Nuevo León, en una acción que dejó como saldo un militar herido y el decomiso de un arsenal y drogas.
El enfrentamiento ocurrió en un camino rural del municipio de Vallecillo, a 100 kilómetros al norte de Monterrey, informó a Efe un capitán de la Séptima Zona Militar.
Los sicarios lograron huir dejando abandonada una camioneta, donde los militares hallaron nueve armas largas, 10 cortas, granadas de mano, insignias de la Policía Federal y droga.
La fuente aseguró que los pistoleros formaban parte de Los Zetas, que mantienen una guerra contra el Cartel del Golfo.
NP