El ministro de Agricultura, Juan Carlos Loyo, afirma que estos productos se venden hasta 10 veces más caros en los comercios al detal de las ciudades que lo que costó producirlos en el campo, por lo que buscarán fijar bandas de precios justas de acuerdo con las regiones donde se cultivan y con la revisión de las estructuras de costos de producción.
«Un kilo de tomate pagado al productor entre 10 y 12 bolívares, dependiendo de la geografía, se vende en Caracas hasta en 25 bolívares el kilo. ¿Cómo ese precio termina duplicándose por el sólo hecho del transporte?», expresó en VTV, y agregó que los intermediarios encarecen los precios.
Esta medida ha generado incertidumbre entre los agricultores que se dedican a la siembra de cultivos de ciclo corto como las hortalizas y legumbres. Consideran que la actividad es constantemente expuesta a factores incontrolables: el clima, la falta de insumos como fertilizantes, semillas y agroquímicos. En los Andes, por ejemplo, los agricultores padecen también el deterioro de las vías de comunicación y la amenaza del contrabando desde Colombia.
«No se puede pretender estandarizar los precios de las hortalizas cuando hay diferentes estructuras de costos que dependen de la región donde se cultivan, del clima y de la tecnología que se utiliza. Hay productores que cuentan con alta tecnología y sus costos no son tan elevados como los de los pequeños que siembran de manera artesanal», explica el profesor de Agronegocios del IESA, Carlos Machado Allison.
Advierte que con esta medida castigarán a los pequeños productores y al consumidor que otra vez tendrá que afrontar la escasez de alimentos no sólo procesados, sino también frescos como las hortalizas.
«Si deciden regular las hortalizas y verduras se va a acentuar la escasez y frenar la producción de un rubro que difícilmente se podrá sustituir con importaciones».
En el sector agrícola indican que para fijar las bandas de precios, el Gobierno debe analizar los rendimientos por hectárea en cada región, la tecnología usada para el cultivo, la disponibilidad de insumos y las condiciones de comercialización. Muchos agricultores no disponen de transporte para comercializar directamente y dependen de terceros.
Ganaderos a punto de quebrar
El Consejo Venezolano de la Carne alertó a través de su presidente Fernando Fonseca, que de no rectificarse el precio fijado para el ganado en pie de 7,10 bolívares el kilo, y aumentarlo a 13 bolívares que es el costo real de producción, el sector ganadero y carnico irá a la quiebra.
Dijo que no se oponen a las importaciones puntuales de ganado para atender el déficit de la producción nacional, pero recuerdan que el kilo de carne en pie o ganado vivo en el mercado internacional puesto en el puerto venezolano sale aproximadamente en 11,70 bolívares, mientras que a los ganaderos del país los están obligando a vender a pérdida, es decir a 7,10 bolívares.
«El Gobierno debe rectificar el control de precios, o nos igualan al precio que pagan por las importaciones, es decir de 11,70 bolívares o reconoce los costos de producción que superan los 13 bolívares por kilo de ganado», agregó Fonseca al señalar que 52% del consumo de carne es cubierto con producción nacional.