A partir de esa sesión de rectores el mito sobre la posibilidad de que el voto no fuera secreto comenzó a existir, al punto que este fue uno de los argumentos que utilizó parte de la oposición para retirarse de las elecciones parlamentarias del año 2005-
Siete años después se retoma la discusión con relación al secreto del voto. ¿Por qué? Los rectores del CNE aprobaron varias modificaciones al Sistema Automatizado de Votación (SAV) y la ampliación de la identificación biométrica a las 36.722 mesas de votación que se habilitan en todo el país.
Los cambios aprobados para los tarjetones electrónicos de votación desarrollan fielmente las recomendaciones que realizaron los técnicos de la Unión Europea en el año 2005. Como puede observarse en la infografía anexa las modificaciones deben reducir la posibilidad de error del elector.
En el caso de las nuevas captahuellas los técnicos de oposición rechazan que estén conectadas (como periféricos) a las máquinas de votación y que en ellas se almacene la información de los ciudadanos. Esta particularidad es la que trae a la palestra el debate sobre el secreto del voto. No obstante, para el liderazgo opositor la principal preocupación es que se utilice las dudas del 2005 para «chantajear» a los electores, especialmente a quienes dependen del Estado.