Algunos comerciantes en Caracas optaron por negociar con sus empleados, a fin de poder adecuarse a la nueva jornada establecida en 40 horas semanales, a razón de 8 horas diarias y dos días de descanso continuo.
Mientras en los comercios se diseñan estrategias para plegarse a la ley, los consumidores han comenzado a sentir los efectos que incluyen cierre de locales en horas del mediodía y una o dos horas antes al finalizar la tarde.
Un propietario de un frigorífico señaló que dividió en dos turnos a sus ocho trabajadores y los sábados labora hasta la 1:00 pm con su hermano, para ahorrar costos. “Las clientas se quejan porque tienen que esperar más tiempo para ser atendidas porque solo somos dos, pero las ventas están muy flojas y no dan las cuentas para pagarle a un trabajador”, aseguró.
En La Candelaria, la dueña de una carnicería contó que funciona en el mismo horario. “Ya tenia la jornada ajustada a las ocho horas diarias; la delincuencia no nos deja trabajar hasta más tarde”, agregó. Al mediodía es cuándo recibe más clientas, pero como la mitad del personal está almorzando sus hijos han tenido que ayudar para agilizar el trabajo.
Los comensales extrañarán el pan caliente en el desayuno. Algunas panaderías de El Hatillodecidieron abrir a partir de las 11:00 am. “Estamos probando, no sabemos si los días libres deben ser continuos o no. Trabajamos forzados porque el personal rota. Es diferente el horario de la gente de la cocina a la del mostrador. A todos les está tocando duro y ya lo resienten”, afirmó un propietario.
La dueña de una panadería en La Candelaría expresó que los clientes no han sido afectados todavía. Este fin de semana cerrarán por primera vez el domingo. Cree que habrá un impacto negativo en los ingresos porque los domingos recibían gran cantidad de compradores.
Con información de El Nacional