El avance de los insurgentes en el norte de Irak ha obligado a decenas de miles de personas a refugiarse, amenazando con llegar a la capital de la región autónoma kurda y provocando los primeros ataques aéreos estadounidenses en la zona desde que Washington retiró sus tropas de Irak en 2011.
El ministro iraquí de Derechos Humanos, Mohammed Shia al-Sudani, dijo a Reuters que tenía pruebas de que los militantes sunitas habían arrojado a los yazidís asesinados en fosas comunes y que había mujeres y niños entre los que fueron enterrados con vida. Cerca de 300 mujeres habían sido obligadas a la esclavitud, dijo.
El presidente Barack Obama dijo el sábado que los ataques aéreos estadounidenses habían destruido armas que el Estado islámico podría haber usado contra los kurdos iraquíes, pero advirtió que no había ninguna solución rápida para la crisis que amenaza con dividir el país.
Aviones militares estadounidense repartieron también ayuda humanitaria para decenas de miles de yazidíes que estaban huyendo de los insurgentes, que les habían ordenado a convertirse al Islam el domingo o morir.
Sudani dijo que las noticias de los asesinatos había venido de personas que habían escapado de la Sinjar, la antigua patria de los yazidíes y una de las ciudades capturadas por los militantes sunitas que ven a la comunidad como “adoradores del diablo”.