Raúl Castro cumple 81 años con sus reformas en un momento de estancamiento

      El presidente de Cuba, Raúl Castro, cumplirá mañana, 3 de junio, 81 años en un momento marcado por cierto estancamiento en el ritmo de sus reformas económicas, con la isla pendiente de Venezuela y la enfermedad de Hugo Chávez y atenta a las próximas elecciones en Estados Unidos.

En contraste con el impulso que cobró en 2011 el plan de “actualización socialista” emprendido por el general Castro, los cinco primeros meses de este año se han caracterizado por la ausencia de novedades sobre esperadas medidas como la reforma migratoria o la ley de cooperativas, entre otras.

A esa desaceleración se suma la incertidumbre por el cáncer que padece Hugo Chávez, el principal aliado político y económico de Cuba y cuyo petróleo es vital para la isla: Venezuela le suministra a diario 100.000 barriles de crudo a cambio de servicios médicos, maestros, entrenadores deportivos y asesores en otras áreas.

Las consecuencias que tendría para Cuba un eventual panorama sin Chávez –quien pese a su enfermedad aspira a su tercer mandato en los comicios venezolanos de octubre– son objeto de todo tipo de análisis aunque es generalizada la opinión de que supondría un fuerte impacto para la isla.

Además, las expectativas de Raúl Castro de reducir la dependencia energética con el petróleo que Cuba dice tener en aguas del Golfo de México han sufrido un varapalo al fracasar la perforación llevada a cabo por Repsol con la moderna plataforma Scarabeo 9.

La petrolera española ha encontrado un “pozo seco” al operar en el bloque que tiene contratado en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) cubana e incluso se plantea abandonar su actividad en la isla tras la fallida perforación.

Cuba también aguarda atenta a las próximas elecciones de Estados Unidos, lo que marca un “compás de espera” en la isla, según dijeron a Efe varios analistas locales.

Durante el mandato de Barack Obama, que concurrirá a la reelección en noviembre, el largo contencioso y la retórica de enfrentamiento entre EE.UU. y Cuba se han mantenido aunque con algunas señales de “deshielo” para suavizar restricciones sobre las remesas y viajes a la isla; “pasos positivos” según Cuba que al mismo tiempo niega que hayan supuesto una flexibilización del bloqueo contra la isla.

Con la Administración Obama se han producido tímidos pero visibles acercamientos en el ámbito cultural o académico con intercambios en ambas orillas entre artistas o músicos, entre otros.

Florida, donde radica el grueso del exilio cubano en Estados Unidos, tendrá un peso destacado en las elecciones presidenciales en un momento en que instituciones como la Iglesia Católica apuestan por tender puentes para la reconciliación entre cubanos y han abierto espacios de diálogo en la isla con destacadas figuras de la diáspora.

No es probable que una nueva victoria de Obama tenga efectos inmediatos en la política de Estados Unidos hacia Cuba aunque muchos opinan que con él existen más posibilidades de normalización de las relaciones que con un presidente republicano.

De hecho una de las promesas que ha hecho el candidato republicano Mitt Romney es agilizar el fin del régimen castrista en Cuba si gana las elecciones.

En la víspera del 81 cumpleaños de Raúl Castro, no faltan los cubanos que observan con escepticismo y preocupación el momento actual, entre ellos el economista y ex preso político Óscar Espinosa quien ve un “alto nivel de incertidumbre porque las reformas están paralizadas”.

Otros como Andrés, un médico habanero de 34 años, admite que “objetivamente ha habido cambios pero sigue habiendo una distancia bastante grande entre lo que se plantea y lo que se concreta”.

“Para que hayan cambios de verdad, debe pasar la generación que esta allá arriba, aunque no sabemos si esos cambios serán para mejor o peor”, dijo a Efe.

Raúl Castro asumió definitivamente la Presidencia de Cuba en febrero de 2008, después de que en 2006 su hermano mayor, el expresidente Fidel Castro, delegase en él por una grave enfermedad que le obligó a retirarse.

Durante su mandato, el general Castro ha puesto en marcha un plan de ajustes económicos para actualizar el modelo socialista y abrió un pequeño resquicio a la iniciativa privada con la ampliación del trabajo por cuenta propia, entre otras reformas.

También ha eliminado prohibiciones vigentes durante décadas como la compraventa de viviendas o automóviles entre particulares.