“La política suele hacer extraños compañeros de cama. Hoy compartimos propósitos, no ideales ni visiones”, dijo Ramos en una entrevista publicada este miércoles en el diario Ciudad CCS, tras ser cuestionado por su actual alianza con algunos opositores a quienes calificaba anteriormente de “lechuguinos, petimetres y maripositas”.
“Lo más importante de la experiencia de la Mesa (de Unidad Democrática) es que tenemos identidad de objetivos, no ideológica. Por supuesto que la cosmovisión del Estado, la sociedad, el Gobierno, la economía no es no la que tiene Primero Justicia ni la de Bandera Roja”, admitió.
Entre los propósitos que dice compartir la oposición está sacar del poder al presidente Hugo Chávez Frías. No obstante, el secretario general de AD recuerda a su fracción que “abril demostró que sin votos no se puede”, en referencia a los sucesos violentos del 11 de abril de 2002, los cuales son calificados por el presidente Chávez como un golpe de Estado.
“Si llegamos con votos a hacer lo mismo que hizo Carmona, lo más probable es que duremos poco”, aseveró Ramos sobre el decreto de Pedro Carmona Estanga, quien durante su estadía de tres días en Miraflores disolvió los poderes legítimamente constituidos del Estado. El empresario huyó del Palacio Presidencial tras la revuelta popular que devolvió el poder a Chávez el 13 de abril de 2002.
No obstante, Ramos Allup reveló que el decreto era conocido por los partidos políticos conservadores una semana antes del atentado contra el gobierno de Chávez.
“Es mentira que ese decreto cayó del cielo, lo habíamos visto todos, una semana antes. Tratamos de modificar cosas y fue imposible”, aseguró el parlamentario.
El diputado aceptó la responsabilidad de la oposición en esas acciones pero también culpó a los dueños de los medios de comunicación privados de promoverlas.
“No hay ningún evento importante que no haya tenido participación de los dueños de los medios”, acusó el parlamentario al enumerar la presencia mediática en “aquella célebre reunión en la que se alzaron las manos los tres grandes poderes: Fedecámaras (cúpula empresarial), CTV (sindicatos) y la Iglesia, en la quinta Esmeralda. Después el Carmonazo”.