A más de cien kilómetros de la planta se midió una radiación 27 veces superior a la permitida en la espinaca. Las autoridades pidieron por eso hoy a las comunidades afectadas que no ofrecieran sus alimentos a la venta.
En Hitachi, localidad ubicada 100 kilómetros al sur de la central, el radiactivo yodo 131 en la espinaca registró un valor de 54.000 becquerel y un valor de cesio de 1.931 becquerel por kilogramo.
En Japón, los valores límite para yodo son de 2.000 becquerel y de cesio, 500 becquerel. La Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, recomienda un valor límite general de sólo 100 becquerelpor kilo.
También se detectó radiación superior a la recomendada en la lecha de los alrededores de Fukushima. En la prefectura de Tokio y en otras regiones se halló una contaminación baja de yodo radiactivo en el agua potable.
Las autoridades pidieron a los campesinos que renuncien voluntariamente a poner en el mercado alimentos contaminados.
El gobernador de la prefectura de Ibarike, Masaru Hashimoto, dijo, según la agencia Kyodo, que no hay ningún riesgo para la salud, pero que pedirá a cada comunidad no vender espinaca en el mercado. El gobierno de la prefectura de Fukushima, a su vez, pidió a las lecherías no entregar leche contaminada.
En tanto, en la central de Fukushima continuaban este lunes las tareas para enfriar los reactores dañados. Bomberos y soldados de las fuerzas armadas japonesas seguían lanzando con camiones cisterna agua de mar contra los reactores 3 y 4, informó la cadena televisiva NHK.
En el reactor 2, los esfuerzos se centraban en restablecer las funciones centrales en la sala de control luego de la reconexión del suministro eléctrico. Primero se buscará recuperar la iluminación y luego la refrigeración habitual del reactor y de las piscinas que almacenan el combustible usado.
Los trabajos necesarios para poner todo esto en marcha pueden durar entre dos y tres días, aseguró Hidehiko Nishiyama de la agencia de seguridad nuclear japonesa NISA.
Los sistemas de refrigeración de los reactores dejaron de funcionar tras el terremoto de 9 grados y el posterior tsunami que afectaron a Japón el 11 de marzo.
Varias explosiones de hidrógeno dejaron considerables daños en los edificios de los reactores de los bloques 1, 3 y 4. En el bloque 2, presumiblemente fue dañada la vasija de contención.
El accidente produjo la emisión de considerables cantidades de radiación. Una zona de 20 kilómetros a la redonda de la planta de Fukushima 1 fue evacuada.