La aparente tranquilidad en la NBA es falsa, ya que se ha desatado una gran tormenta que afecta a los mejores jugadores del Draft 2003, sin duda la mejor clase de los últimos años.
Por una parte está el número uno LeBron James quien ha tenido una controversia subida de tono con el exjugador y hoy comentarista de televisión Charles Barkley, quien lo criticó duramente después de que el King pidiese más refuerzos para su equipo, los Cavaliers, actuales campeones de la NBA.
Tras una cantidad de comentarios que vienen y van, con distintos nombres de super estrellas de la NBA sonando, lo cierto es que James quiere llevarse a Carmelo o a Wade para reforzar su equipo, pero a pesar de su deseo y de la amistad que los une, parece que estos cambios son poco probables, dado que es prácticamente imposible que los Cavs puedan asumir su alto precio.
En tanto, mientras esta tormenta continúa, el presidente del Heat, Pat Riley, observa la situación sopesando muy bien su próximo paso.
El equipo de Miami, tras la victoria del miércoles ante Atlanta, lleva nueve triunfos al hilo y está a solo tres juegos de los playoffs, por lo que una reforma ahora sería sumamente arriesgada.