El incremento de 25 por ciento del precio del dólar no oficial en lo que va de esta semana retumba en las paredes de los supermercados. Ante los altos niveles de escasez de productos producidos en Venezuela, las importaciones predominan en los anaqueles y obligan a los usuarios a pagar diferencias de tres mil 913,6 por ciento en comparación con los precios regulados por el Estado, de acuerdo con el informe de octubre del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS-FVM).
En un abasto de Maracaibo, puede conseguirse un kilo de harina de maíz precocida de origen colombiano por cuatro mil 687,50 bolívares, 900 mililitros de aceite vegetal en cinco mil 625 bolívares, un kilo de azúcar en tres mil 460 bolívares y uno de arroz en dos mil 812. 500 gramos de pasta italiana tienen fijado un precio de tres mil 829 bolívares y un kilo de mayonesa colombiana, de 10 266.
En otro comercio de la ciudad, se encuentran otros importes. 500 gramos de harina de maíz están en mil 750 bolívares, 500 gramos de arroz en Bs. dos mil 30. Un kilo de pasta larga tiene un precio de cuatro mil 40 bolívares y 900 gramos de leche en polvo, de Bs. 14 mil 630.
Gustavo Machado, profesor de la facultad de Ciencias Económicas de LUZ atribuye el comportamiento del dólar paralelo a una mayor demanda de pesos en las fronteras. “Esto es porque se está trayendo una cantidad importante de artículos de Colombia”. Así, los bolívares que obtienen los empresarios por las ventas de los rubros extranjeros, se destinan a la compra de la moneda del vecino país con el objetivo de continuar adquiriendo la mercancía de las importaciones.
“Ya la situación de las familias venezolanas era muy delicada”, antes del aumento de la tasa que rebasa la barrera de los cuatro mil bolívares, reitera el economista. Resalta la necesidad de elaborar un plan de estabilización macroeconómica, con ayuda del financiamiento internacional y reconciliación con el sector privado, pues el bolívar pierde cada vez más su función de reserva de valores, obligando a los usuarios a comprar más divisas con la meta de proteger su patrimonio
Consecomercio pide unificación
Consecomercio critica que se haya llegado a este escenario, luego de que el Ejecutivo y el Banco Central de Venezuela no hubiesen actuado “debida y oportunamente” para lograr disciplina fiscal y liberación de controles. Piden unificación cambiaria, para evitar un “verdadero crack económico”, cuya peor consecuencia –insisten- recae en los estratos sociales con menor capacidad de pago para acceder a bienes y servicios esenciales, es decir, 80 por ciento de la población.