Al-Walid bin Talal Al-Saud es, además, un príncipe de Arabia Saudita, y el hombre que adquirió estos días parte de la red social Twitter, a través de su empresa Kingdom Holding. Algunos analistas financieros calculan que la inversión de US$ 300 millones supone el 3,75% del valor de la popular red social.
“Nuestra inversión en Twitter reafirma nuestra capacidad de identificar oportunidades adecuadas para invertir en negocios prometedores con un alto crecimiento y un impacto global”, afirmó el príncipe, sobrino del rey Abdallah de Arabia Saudita. Agregó que este acuerdo es un regalo para todos los ciudadanos árabes.
Según la revista especializada Forbes, Al-Walid -de 56 años- posee una fortuna de unos US$ 19.600 millones, que lo coloca en el puesto 26 entre las personas más ricas del Planeta.
Mantiene inversiones en el mundo árabe en el ámbito de los medios de comunicación y es propietario de varios diarios y revistas, además del Grupo Rotana, que tiene una serie canales de televisión por satélite, y planea lanzar en 2012 un nuevo canal de televisión dedicada a la información continua, “Alarab”, competencia directa de Al-Jazeera.
El consorcio de Al-Walid se expande también a la compañía Apple, el complejo inmobiliario londinense Canary Wharf, Citicorp, las compañías de televisión Mediaset y ART, Daewoo y Proton, las cadenas hoteleras Four Seasons, Fairmont y Movenpick; Saatchi y Saatchi; la cadena de tiendas Dona Karan; EuroDisney; TWA y Norwegian Cruise Line. Es también dueño del hotel parisino Georges V.
El príncipe es, además, el segundo accionista de «News Corporation», la compañía multimedios propiedad de Rupert Murdoch, y se encargó de presionar públicamente a la periodista Rebekah Brooks para que dimitiera y asumiera su responsabilidad en el escándalo de las escuchas ilegales del desaparecido tabloide inglés ‘News of the World’.
Unas semanas más tarde, el príncipe multimillonario reveló su plan de construir el edificio más alto del mundo en la ciudad portuaria de Jeddah (Arabia Saudita). Los planes contemplan un gasto de US$ 1.230 millones, una altura de mil metros y cinco años de trabajo.
En los últimos años, se vio involucrado en el caso de presunta violación de una modelo española en su yate, en la isla de Ibiza. Fue en 2010, y al parecer, el príncipe -que tiene dos esposas– fue a una discoteca y se fijó en la modelo, que entonces tenía 20 años. Según la acusación, solicitó la mediación de un hombre para invitarla a una fiesta en la zona vip.
Al día siguiente, la modelo lo denunció por abusos sexuales. Un juzgado español comenzó la investigación, pero la causa fue archivada por falta de pruebas. El juez citó numerosas veces al príncipe para declarar, pero nunca se presentó. La esposa principal del príncipe, lo defendió.
(*) Redactor, especial para Perfil.com