El entrenador se había disculpado ante el presidente de la Autoridad Antidopaje, Luis Horta, tras haber «perturbado» un control efectuado el 16 de mayo, a tres semanas del Mundial de Sudáfrica.
En los últimos días, Queiroz había recibido importantes apoyos sobre su categoría profesional, incluido el de su ex jefe en el Manchester United, el veterano técnico escocés Alex Ferguson, que se desplazó a Lisboa para testificar en su favor.
La prensa llegó a especular con la posibilidad de que una sanción disciplinaria conllevara el despido del entrenador, que decepcionó en el Mundial, con una eliminación en los octavos de final, ante la futura campeona España (1-0).