Entre los fotoquímicos que se encuentran en el limón están los ácidos orgánicos como el ácido fítico, acético y fórmico, que ayudan a potencializar la acción de la vitamina C y posibles responsables de su efecto antiséptico.
Los flavonoides; como la heperidina y diosmina encontrada en corteza y pulpa, estos también ayudan a la acción antioxidante del limón junto con la vitamina C, ayudando a neutralizar los radicales libres y evitando el daño que estos causan a nuestras células; mantienen en buen estado los capilares, conservando su elasticidad y previniendo la aparición de trombos.
Los terpenos; sustancias que dan el aroma a los cítricos, principalmente los encontramos en la corteza y nos dan una acción desintoxicante y anticancerígena.
Por todos estos ingredientes, el consumo de limón nos ayuda purificar la sangre, mejorando la capacidad de nuestro organismo para eliminar toxinas, principalmente ácido úrico.
El limón alcaliniza la sangre, esta propiedad ayudará, entre otra cosas, a evitar la formación de cálculos renales e infecciones tanto provocadas por virus como por bacterias.
También el jugo de limón es astringente, si lo diluimos con agua es ideal en casos de diarrea o de colitis.
La mejor manera de ingerir el limón, es con medida. Aunque tiene un efecto de ayudar a aprovechar el hierro de los alimentos, si abusamos del limón, puede producir el efecto contrario. Y trata de no combinarlo con alimentos como papa o plátano si tienes problemas digestivos ya que sólo los empeorará, y puede generar flatulencias con mayor facilidad.
Sin embargo, con hojas verdes y verduras en general, al añadirles un poco de limón mejoran su sabor y se digieren mejor, e incluso ayuda a aprovechar mejor sus nutrientes.
¿Has escuchado que para quemar grasa, tomes en ayunas, 1 taza de agua tibia con el jugo de un limón?, esto te ayuda a fortalecer tu hígado encargado de aprovechar y utilizar todo lo que comes, si lo combinas con una alimentación saludable, obtendrás muy buenos resultados.
Prepara tu refresco natural de limón: hierve tres limones partidos en rodajas (previamente lavados y desinfectados) en 600 mililitros de agua natural hasta que esta se reduzca a 300 mililitros, añade un poco de miel y puedes mezclar este concentrado con un poco de agua mineral y hielos.