El planteamiento del analista se basa en un ajuste escalonado, con incrementos de 10% mensual del precio del combustible para cada sector, hasta alcanzar la meta.
En una primera fase, el aumento estaría dirigido a los vehículos particulares, y cinco meses más tarde comenzarían a asumir el nuevo precio los transportes público y de carga.
Según Quiroz, el Gobierno nacional no debe posponer el aumento del precio de la gasolina: “Mientras más se postergue, será más complejo para los venezolanos asimilar el cambio”.
Para el economista, aunque el precio tiene que ajustarse hacia arriba, debe descartarse un precio similar al del mercado internacional: “No debería fijarse un monto menor a Bs 2,70 por litro, que al menos cubre la cadena de producción. Todavía es barato en comparación con el mercado internacional, pero no podemos asumir un precio como el de nuestros países vecinos”.
Quiroz considera que, antes de que el Ejecutivo decida aumentar la gasolina, debe hacerse una campaña publicitaria de promoción y divulgación de las bondades de subir el precio. Añadió que el Gobierno debe ser explícito con el destino de los nuevos recursos que percibirá el Estado.
Aunque el ajuste es inminente y necesario, opina el experto, no será suficiente si el Gobierno no acompaña la decisión con una disciplina fiscal y la corrección de las distorsiones macroeconómicas.
“Una medida armonizadora sería congelar los precios de los pasajes del transporte público”, agregó Quiroz.
El experto en materia petrolera asegura que “los sectores que perciben mayores ingresos concentran el 77% del parque automotor, mientras que 75% de las familias venezolanas no poseen vehículo”.
De acuerdo con Quiroz, solo 3,5% de los hogares que ganan salario mínimo tienen vehículos, y ese porcentaje sube a 10,7% si se totalizan las familias que ganan hasta dos salarios mínimos. “El subsidio no beneficia al grueso de la población venezolana”, asevera el analista petrolero.
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