De las peores crisis han salido movimientos creativos sin precedentes, revela la historia.
De la actual crisis venezolana no se pueda hablar (¿aún?) de una corriente artística inédita, pero sí de muchos venezolanos que han apelado a las facetas más creativas de lo que ellos llaman el «rebusque».
Desde el detergente hecho en casa con bicarbonato de sodio hasta la sopa de patas de pollos para suplir la falta de acetaminofén, los venezolanos han mostrado que de creatividad no hay escasez.
La industria del rebusque –o, también, la voluntad de mantener ciertos estándares de vida– han hecho que algunos productos que no tienen problema de abastecimiento hayan reputando durante los últimos años de inflación, escasez y vacas flacas en Venezuela.
1. Ron
Venezuela fue durante años uno de los mayores consumidores de whisky del mundo, hasta que se disparó la inflación en los últimos años y una botella de escocés empezó a costar dos o tres veces un salario mínimo mensual.
Ante esto, ha habido un aumento en el consumo de ron, según datos de The International Wine & Spirits Competition (IWSC), una asociación gremial que colecta datos sobre el consumo de licores en el mundo.
El ron es de los pocos productos que Venezuela exporta. Todo un producto nacional que, con la crisis, los venezolanos empezaron a tomar masivamente.
Los años 2013 y 2014 fueron sido los primeros en décadas en que el ron superó al whisky en litros consumidos en Venezuela, revelan los últimos datos de la IWSC obtenidos por BBC Mundo.
Entre 2009 y 2014, el consumo de ron aumentó 1,4%, mientras que el de whisky bajó 20%.
2. Vinagre
Los venezolanos parecen estar usando el vinagre para suplir la falta de algunos productos.
En medio de la escasez de carne roja, algunos se quejan de que los cortes que se encuentran son muy duros o de mala calidad, por lo que se usa el vinagre para ablandarlos.
Por la falta de acetona, una mezcla de jugo de limón y vinagre su usa para quitar el esmalte de la uñas.
Y es que el vinagre se usa con frecuencia como sustituto de los productos de limpieza: una mezcla con bicarbonato de sodio, por ejemplo, sirve para quitar grasas.
Así se ven los productos de limpieza de muchos venezolanos: con el vinagre entre ellos.
Pero también se usa en pisos, baños y alfombras.
El vinagre es parcialmente hecho con alcohol, por lo que expertos del sector dijeron a BBC Mundo que la mejor forma de saber si ha aumentado la producción de vinagre es a través de las cifras de las destilerías, de las cuales solo unas cuantas venden a vinagreros en el país.
La Corporación Alcoholes del Caribe reportó a BBC Mundo que en 2014 tuvieron un aumento en las ventas de alcohol para vinagre del 14% en comparación al año anterior.
Y otra importante destilería, que pidió no revelar su nombre, informó a BBC Mundo que en el primer trimestre de 2015 vendieron casi el doble de alcohol para vinagre del que se había vendido en el mismo periodo en 2014.
3. Remedios caseros
El detergente casero que se puede comprar en los mercados venezolanos.
Según la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven) en las farmacias del país solo se encuentran cuatro de cada 10 medicamentos que los distribuidores piden a los laboratorios.
Ante esta realidad, ha habido un auge de soluciones caseras para remediar los dolores, según Freddy Ceballos, presidente de la Fefarven.
No obstante, asociaciones de doctores han advertido de las consecuencias de que la gente se trate a sí misma.
Según Ceballos, la borra de café la están usando para calmar la fiebre, al igual que la clara de huevo para las quemaduras.
«También hemos visto que muchos están usando derivados de la sábila o mezclas de yodo con alcohol para reemplazar las cremas que tratan la dermatitis», dice.
«Pero la mayoría de los medicamentos no son reemplazables, por lo que acá vivimos un problema de salud pública», opina.
Un repelente casero que venden en la calles. Porque de repelente también hay problemas de disponibilidad.
Por su parte, la Federación Médica Venezolana reportó un incremento del uso de procedimientos que la medicina había dejado a un lado.
Entre esos procedimientos se mencionan las mastectomías para tratar el cáncer de seno, que había sido desplazado por los tratamientos de radiación.
4. Raíces y hortalizas
La escasez de productos básicos, una de las facetas más críticas de la crisis económica venezolana, se debe en parte al estancamiento de la producción nacional.
Y uno de los productos más consumidos en el país, la papa, se ha victo afectada por las trabas en el acceso a fertilizantes y semillas, según ha dicho la Federación de Productores de papas y hortalizas de Venezuela.
Solo un 20% de las productoras de papa están en funcionamiento, dice la misma asociaciones de agricultores.
Por eso, «cosechas como las de la yuca, el ocumo y el ñame han tenido una leve reactivación», le dice a BBC Mundo Emmanuel Escalona, presidente de Fundaproandes, una asociación que agrupa productores de la zona oeste de Venezuela, donde se producen este tipo de raíces.
«El repunte de estos sectores no ha sido suficientemente masivo como para decir que se reemplazó lo que no se produce en papa», añade.
Los vendedores de algunos tubérculos no tienen problema para encontrar su mercancía.
Por ejemplo, dice, en el campo de las hortalizas hay productos como la alcachofa, el berro y la fresa que «han tenido un buen desempeño, pero el cultivo sigue siendo de manera tradicional, pequeño».
Comparados a la papa, estos productos son mucho más caros, pero según Escalona la gente no deja de comprarlos porque, dice, «el venezolano compra lo que hay, por buen consumista que es».
En enero, McDonald’s anunció que empezaría a vender yuca frita en lugar de papas.
Aunque la cadena de comida rápida atribuyó el cambio a un problema de distribución, muchos en Venezuela –entre ellos Escalona– lo relacionan con las dificultades para importar y producir.
5. Repuestos de segunda mano
Uno de los productos por los que más se oye el famoso «no hay» son los repuestos para carros y motocicletas.
Según la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes, hay un 80% de escasez de autopartes.
Su presidente, José Cinnirella, le dijo a BBC Mundo que por esto ha habido un auge en el mercado de los repuestos de segunda mano.
Por un lado, «estamos viendo cómo los mecánicos recurren cada vez más a canibalizar los vehículos», dice, en referencia a la práctica de desarmar un carro viejo para usar sus partes en un vehículo en uso.
«Sobre todo las bombas de agua, las bombas de aceite y los trípodes de todas las marcas se usan en cualquier tipo de carro para suplir la falta de originales», dice.
Un mecánico venezolano explica cómo modificó un repuesto para adaptarlo a un carro de otra marca.
Pero por otro lado, según el experto, los mecánicos están haciendo duplicados de los repuestos en otros materiales, una práctica llamada «troquelar».
«Compran piezas parecidas a las que necesitan, las acomodan en tamaño y las usan como si fuera la original o incluso las fabrican con un molde improvisado», dice.
Armando Marcano, vendedor de Vitelli, una de las tiendas de autopartes (conocidas como «chiveras») más grandes de Caracas, lo confirma: «A falta de repuestos nuevos, se han llevado mucho repuesto viejo para repararlo y adaptárselo a otro carro».
Cinnirella advierte que, si bien suena recursivo, «esto puede desencadenar todo tipo de accidentes porque no se usan los materiales adecuados para el carro y en cualquier momento se puede volver a dañar el vehículo».