La emoción de saber que Manuel González se convirtió en el primer umpire venezolano en las Grandes Ligas fue enorme. Había que escuchar la voz de la gerente de RRPP de la LVBP, Yocoima Mata, cuando confirmó que al árbitro criollo le asignaron el número 79.
Cuando Manuel llegó al béisbol profesional, quien suscribe era la anunciadora interna de los Leones del Caracas; era muy joven, su cara de muchacho contrastaba con su determinación. Mata lo recuerda cuando entró en la oficina del edificio Marta, donde funcionaba entonces la LVBP. Llegó acompañado de su papá porque sólo tenía 17 años.
Siempre trabajó mucho, fajado para aprender inglés, se acercó a Henry León y a Francisco Ramírez para aprender de la experiencia de ellos.
Fue un joven ocupado de su trabajo, respetuoso y estudioso del juego, humilde para aceptar los consejos, maduro y paciente. No se equivocaron Domingo Álvarez, Ramón Guillermo Aveledo y la propia Yocoima cuando pronosticaban que Manuel podía llegar a las Mayores. Es difícil no ser exitoso cuando se toma el trabajo con mística.
No debe ser fácil ponchar cantado a Albert Pujols o Joe Mauer, pero más difícil debe ser mantenerse en Grandes Ligas, pero confiamos en que así será.