Frasco pequeño y colorido. Líquido incoloro y de fortísimo aroma. Unas manos jóvenes y temblorosas —signo de inexperiencia— lo pasean de bolsillo en bolsillo. Trata de ocultarlo, pero su verdadero fin es acercar el diminuto envase hasta su nariz.
Una fuerte inhabilitación. No más. La visión se le torna borrosa y un extraño zumbido se apodera de su cabeza. El corazón le comineza a palpitar muy rápidamente. Pasó 45 segundos sin estar consciente de su realidad. Él está bajo los efectos del popper, una sustancia que se ha convertido en una droga de inicio para muchos jóvenes venezolanos, según los datos que maneja la Oficina Nacional Antidrogas (ONA).
Las estadísticas que tiene el organismo dan cuenta de que la media nacional de consumo de esta sustancia, en muchachos en edad escolar, es de 0,6% y el Zulia maneja un porcentaje de 0,4%; sin embargo, la región está por encima del consumo de metanfetaminas, que es de 0,3%, informó la comisionada de la Oficina Estadal Antidrogas (OEA)-Zulia, Nuris Perozo.
“El popper es un solvente aromático que influye en el sistema nervioso central. Está compuesto por nitritos de amilo, butilo o isobutilo. Es un líquido con un olor fuerte, que puede ser hasta de sabores, es decir, con aromas a rosas, oro, vainillas, que se está distribuyendo en las discotecas, fiestas electrónicas y que además, a pesar de su elevado precio, es posible adquirilo por internet”, detalló Perozo.
“Hay indicios de que existe consumo en nuestras escuelas, aun cuando estamos por debajo de la media de consumo, sobre todo se observa en adolescentes de tercero a quinto año de bachillerato”, explicó la comisionada.
Sin embargo, los docentes están alarmados, pues aseguran que desconocen de qué se trata esta sustancia. “Es primera vez que la escucho, nunca habíamos oído decir nada de ella y tenemos que estar alertas, pues existe una constante pelea con los muchachos. Apenas tenemos información de que alguno anda en malos pasos, le hacemos un seguimiento y le informamos a los padres o representantes”, aseguró Ángela Cebrián, directora de la escuela básica nacional Pedro Rincón Gutiérrez, en San Francisco.
Lo propio dijo la directora del liceo Aurelio Beroes, Eunices Alvillar: “No sabía que existía esa droga”.
Explicó que el “Beroes” está trabajando en conjunto con el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (Dibise) y que una vez a la semana los funcionarios del Cuerpo de Policía del estado Zulia, del comando Mara Norte, están dictando charlas sobre drogas.
“Además, estamos esforzándonos en el rescate de los valores, para lo que estamos implementando tres proyectos: desarrollo endógeno, manos a la siembra y proyectos socioproductivos”, detalló.
A raíz de una serie de denuncias, la oficina antidrogas realizó un estudio de la composición de la sustancia para determinar si estaba dentro de los cuadros regulados por la comisión de estupefacientes y psicotrópicos de la Organización Mundial de la Salud. Durante el primer trimestre de 2010, el Estado reguló su uso debido a los efectos que causa en la población joven del país.
“Se hizo una reunión con el Ministerio de Industrias, Básicas y Ligeras y Ministerio de Comercio para ser más exhaustivos con la importación de este producto, que aquí se estaba vendiendo en los sex shop”, explicó la comisionada.
Victorio Berríos, coordinador nacional del sistema de tratamiento de adicciones de la ONA, enfatizó que en la entidad, el popper “es colocado en globos y los hacen estallar, y como su contenido es volátil se expande por todo el ambiente. Es utilizado en fiestas y discotecas”.
En los años 70, en Estados Unidos era común ver a parejas gay, en las discotecas, bailando y oliendo una botellita.
Actualmente, en las capitales de los países latinoaméricanos se está presentando su consumo. En Bogotá, hace un par de años un universitario que la usó, de apenas sólo 19 años, murió tras permanecer cuatro días en coma y presentar muerte cerebral.
Según la comisionada Nuris Perozo, existía otra modalidad de consumo. “En los moteles ofrecían aromatizadores de fuerte olor. Vendían el combo de preservativos e incienso líquido, como también le llamaban. Preguntaban cómo querían la habitación con o sin incienso, y lo que hacía era causar los efectos alucinógenos en las personas que estaban dentro de esa estructura”, explicó.
Subraya los efectos del consumo del popper: “Relaja el músculo liso que está en los vasos sanguíneos, lo que incide en el riesgo de una hemorragia, que incluso puede ocurrir dentro del cráneo, poniendo en peligro a quien la consuma”.
De acuerdo con el especialista Berríos, los jóvenes mezclan esta sustancia con otras drogas, dándose lo que ellos denominan el peligroso policonsumo, que va desde drogas lícitas hasta ilícitas.