Un hombre desnudo devora el rostro de su víctima, también desnudo, hasta dejarlo irreconocible. Un agente de policía le ordena que pare de ingerir carne humana. Al no obedecer, le dispara. Pero el antropófago, tal vez drogado, continúa su sangriento ataque hasta que el agente lo mata. Los dos cuerpos yacen sobre el pavimento, la víctima aún con vida. Algunas escenas quedan grabadas en cámara.
Pero los detalles de cómo sucedió tan repulsivo asalto continuaban siendo un misterio el domingo por la noche, sin que la Policía de Miami revelara la identidad de los sujetos ni las posibles causas del enfrentamiento mortal que se produjo el sábado por la tarde.
El crimen deja helado a cualquiera que lo escucha. Conductores que regresaban el domingo de Miami Beach por la rampa del Viaducto MacArthur, que desemboca en la calle 13 del noreste, bajaron las ventanas para dar un vistazo a la mancha de sangre sobre el pavimento. Los ciclistas merodearon el área cercada por cinta amarilla. Hasta las personas que paseaban a sus mascotas se dejaron vencer por la curiosidad un tanto morbosa.
Larry Vega montaba bicicleta el sábado en la salida del MacArthur, aledaña a la sede del Miami Herald en el downtown de Miami, cuando divisó al agresor desnudo en plena disputa despedazando el rostro de la víctima, que se encuentra internada en estado crítico en el Centro de Trauma Ryder del Hospital Jackson Memorial.
“El tipo estaba como despedazándolo con su boca, así que le dije ‘¡Sal de allí!’?”, declaró Vega al Canal 7 WSVN. “El hombre continuó comiéndose al otro como rasgando su piel”.
Vega agregó que fue a alertar a un agente de policía, que se se subió sobre el separador entre la carretera y la pasarela peatonal y le ordenó al agresor varias veces que parara de lastimar al otro.
“El tipo simplemente levantó la cabeza con un pedazo de carne en la boca y gruñó”, precisó el ciclista.
Según Vega, el agente le disparó pero el hombre no paraba de engullir a su víctima, así que tuvo que apretar el gatillo varias veces hasta matarlo. Todo lo que se veía era pura sangre, dijo.
“Es una de las cosas más espantosas que he visto en en mi vida”, comentó Vega al Canal 7. “Usted sabe, estas son las cosas que uno ve en las películas”.
Armando Aguilar, presidente del Sindicato de la Policía de Miami, dijo al Canal 4 WFOR que el agente involucrado no tuvo otra opción más que continuar disparando hasta que el atacante murió. Agregó que el antropófago se había comido la nariz y los globos oculares de su víctima.
Fuentes en la policía dijeron a la estación que la víctima prácticamente quedó sin rostro y era irreconocible.
La Policía de Miami se remitió a decir en un comunicado que está investigando el tiroteo.
Según la policía, los agentes fueron alertados alrededor de las 2 p.m. de una trifulca en la senda para bicicletas de la pasarela peatonal del viaducto. Poco después de la llegada del agente, éste disparó su arma de fuego. El ataque paralizó el tránsito del viaducto durante uno de los fines de semana con mayor movimiento de visitantes.
Debajo del McArthur, en el área cercana al lugar del ataque, un espacio donde duermen los desamparados estaba el domingo atestado de colchones de cartón, jeringas y botellas rotas. Un hombre que se identificó como “Río” y pedía limosna, dijo que estaba durmiendo la siesta cuando se desató el caos el sábado.
“Un policía me despertó y me dijo que estaba en el centro de la escena de un crimen”, indicó Río a The Miami Herald.
Otro hombre que se identificó como Andrés y regresaba de una iglesia donde le habían dado de comer y permitido ducharse, dijo que habría sido inusual que el agresor fuera un desamparado en trance de drogas.
“En mi experiencia no veo crack ni nada similar en los alrededores”, agregó.
No obstante, el sábado fuentes policiales especularon que el atacante pudiera padecer de “psicosis cocaínica”, una psicosis de tipo paranoide provocada por el abuso de la cocaína que puede provocar conductas homicidas. Esta condición acalora el cuerpo y a menudo lleva a las personas afectadas a desnudarse para intentar refrescarse.
Otras teorías abundan, por supuesto, y no han faltado las comparaciones con una película de terror de zombis. O más bien El silencio de los inocentes.
Daniel Shoer Roth
dshoer@elnuevoherald.com
La reporteras de The Miami Herald Diana Moskovitz y Daniela Guzmán colaboraron con esta información.