El nuevo equipo regresa a las raíces de las antiguas Polaroid, haciendo que la experiencia tenga un toque más análogo pese a basar su funcionamiento en la fotografía digital.
Hace un par de años la marca Polaroid “resucitó” de la mano de una nueva serie de cámaras que adoptaban la característica de la impresión inmediata de imágenes. El producto logró una buena recepción y por ello esta semana la compañía estrenó su nueva cámara, Polaroid Snap.
El nuevo equipo regresa a las raíces de las antiguas Polaroid, haciendo que la experiencia tenga un toque más análogo pese a basar su funcionamiento en la fotografía digital. Para esto se eliminó la pantalla LCD usada en el modelo anterior.
En cuanto a impresión, se usa la misma tecnología “Zink” usada en las anteriores cámaras digitales de la compañía. Este formato no usa cartuchos de tinta ya que, según explicó un representante de Polaroid, los colores están en el papel, en la forma de cristales que son activados en base al calor que se les aplica. Así, la cámara sólo aplica una mayor temperatura en las hojas para recrear la imagen capturada.
Una mejora importante frente al modelo anterior sería un aumento de la resolución de las imágenes impresas. Según se indicó en una demostración, será similar a la lograda por las impresoras Zink que se venden para otras cámaras y teléfonos.
La nueva Polaroid Snap tiene la apariencia de un juguete, con un cuerpo plástico (disponible en varios colores) y un diseño muy minimalista. El objetivo es usar la menor cantidad de botones posible: hay un obturador, un botón para elegir el modo de color (normal, blanco y negro, o “Polaroid vintage”), otro para aplicar el marco de las antiguas impresiones de la marca y un timer. Esta última opción convierte a la cámara en una cabina de fotos, capturando seis imágenes distintas e imprimiendo dos por hoja.
Polaroid Snap saldrá a la venta durante el último trimestre del año, por US$ 99.