Sebastián Piñera estuvo los días 6 y 7 de agosto en Bogotá, donde tenía previsto asistir a la investidura de Juan Manuel San
tos, a la que finalmente no acudió porque decidió regresar con antelación a Chile para visitar a las familias de los 33 obreros que siguen atrapados en una mina del norte del país.
“Abordé con el presidente Santos los nexos de chilenos con las FARC y acordamos mantener una colaboración para terminar con los vínculos entre terroristas colombianos y grupos de terroristas que operan en Chile», expresó Piñera.
Según el mandatario, existe información que permite ligar «el terrorismo que ha habido en la Araucanía», región del sur de Chile que concentra a la mayoría de la población indígena mapuche, la principal etnia del país, con las FARC.
El Ministerio Público trata actualmente de hacer una conexión entre la guerrilla colombiana y algunos mapuches implicados en hechos de violencia en Chile, en el marco de las reclamaciones de tierras que mantienen algunas comunidades indígenas.
«Hace algunos años, junto al senador Alberto Espina, denunciamos estos hechos, y entonces muchos negaron la evidencia. Hoy ha quedado demostrado que existe vinculación entre grupos terroristas chilenos y las FARC. Muchos deben dar hoy explicaciones», recalcó Piñera.
El mandatario subrayó que el Ejecutivo no tendrá «contemplación ni debilidad para combatir al terrorismo».
Piñera fue consultado también sobre el dossier recibido desde Colombia por el Ministerio Público en el que se menciona a siete dirigentes comunistas chilenos como supuestos contactos de las FARC para penetrar en Chile.
«Todo aquel que haya tenido conexiones de cualquier índole con grupos terroristas le debe una explicación al país. No sólo quienes han tenido colaboración operativa en actos de terrorismo, sino también los que han tenido colaboración a nivel político», respondió el mandatario.
Entre los dirigentes mencionados en ese dossier figura el diputado y actual presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, que la semana pasada, en declaraciones calificó de «absurdas» las acusaciones.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, pidió el pasado viernes «una aclaración» sobre estos supuestos vínculos y opinó que «no es bueno» que dirigentes políticos «tengan contactos ni tangenciales, ni esporádicos con organizaciones criminales y terrorista».