Esto es lo que escribe hoy Teodoro Petkoff en Tal Cual:
Al general Delfín Gómez Para, a quien se confió la construcción del central azucarero de Sabaneta, desde hace cinco años se le sigue un juicio por supuesta corrupción administrativa. A esta fecha se encuentra en un limbo jurídico, pues juicio como tal no hay. Toda la normativa del debido proceso se ha violado en su caso. Pareciera ser uno más de esos “presos de Chávez”, que están en la cárcel por la voluntad del Presidente y no por decisión tribunalicia. El grupo de jóvenes de JAVU, protagonistas de la victoriosa huelga de hambre ante la OEA, han hecho suya la causa de los presos políticos y considerando que al general Gómez Parra se le han violado todos sus derechos, estiman estos jóvenes que su status es más bien el de una suerte de preso político, porque acusado de corrupción no ha habido juicio que lo demuestre ni lo condene. Por tanto, han asumido la defensa de sus derechos y han efectuado diversas acciones pacíficas ante el tribunal donde supuestamente debería ser juzgado el general.
En ese reino del abuso, donde la familia Chávez ha construido su Falcon Crest, Adán, el gobernador, soltó a sus perros de presa policiales y éstos han reprimido con saña a los estudiantes y en particular a uno de sus dirigentes, Lorent Saleh y a su señora madre.
A Lorent le rompieron la cara a fuerza de golpes, lo hirieron con perdigones, lo metieron preso y terminaron soltándolo con prohibición de acercarse al lugar de la protesta. Es decir, se le prohibió ejercer su derecho constitucional a la protesta pacífica, que es la que ha caracterizado a estos jóvenes de JAVU. Esto de Barinas no es Libia o Siria no exageremos, pero hay un fondo de abuso y violación de derechos humanos en el comportamiento de Adán Chávez y su policía que trasunta el mismo espíritu, aunque los hechos no sean comparables… al menos, por ahora.
La respuesta del gobierno ha sido tragicómica. La inefable Cilia Flores, no tuvo otra ocurrencia que retrucar presentando en la Asamblea Nacional un video de unos policías de Chacao maltratando a unos ciudadanos. A la señora el tiro le salió por la culata. El video es de hace cuatro años y precisamente esos policías no sólo fueron destituidos sino sometidos a la justicia, entregándolos a la Fiscalía. Ésta, como es usual en tiempos de la chavorrevolución, hasta ahora no ha actuado. Cilia, en lugar de hacer lo que hizo la Alcaldía de Chacao, pretendió justificar los atropellos de Barinas con los que se habrían cometido en Chacao.
El fraude permanente que es la chavorrevolución se puso una vez más de manifiesto.
Llegados al poder para supuestamente enderezar los entuertos del pasado, los han multiplicado y encima tienen la avilantez de justificarlos, con la coartada de que en el pasado también hubo abusos y atropellos.
¿La cosa no era y que para que nunca más ocurrieran hechos como la paliza a Lorent Saleh? Lo lógico, Doña Cilia, si se es verdaderamente revolucionario, era pedir excusas y sancionar a los responsables del atropello. ¿Quién violó la ley? ¿El estudiante, con su protesta pacífica, o los policías con su brutal acción? Ese es el punto, doña
Barinas: infierno policial
Teodoro Petkoff