Esto es parte de lo que señala Petkoff:
En el caso de una Ley Habilitante, que es una ley, ciertamente, pero una ley muy peculiar, no tiene vida propia más allá de la del Parlamento que la otorga, porque ella afecta las atribuciones permanentes del Parlamento, que son las de legislar y las cuales delega temporalmente.
Pero no puede trasladar al que le sigue su propia decisión de ceder poderes legislativos al presidente. Con eso anularía al siguiente, despojándolo de sus facultades. Precisamente, para eso es esta Ley Habilitante. Para castrar a la próxima Asamblea Nacional. Porque para ninguna otra cosa, ya sea relacionada con el desastre natural o para aumentar el IVA, necesita de poderes especiales. Esta ley es la respuesta a una Asamblea Nacional que ya no podrá dominar como a la moribunda.
Eso fue lo que hizo Adolf Hitler. El 24 de marzo de 1933, el Reichstag, el Parlamento alemán, le otorgó poderes especiales por tiempo indefinido y para legislar sobre cualquier materia. El Reichstag no se reunió más nunca; de allí en adelante, Hitler gobernó dictatorialmente.
Con este atropello constitucional, más las reformas a las leyes de Telecomunicaciones y Resorte, y el proyecto que se ha anunciado sobre la Ley de Universidades, Chávez ha comenzado a recorrer, ahora sí, el camino de la dictadura. ¿Se lo va a calar el país?