Su brillo hipnotizó, cautivó la mirada y la curiosidad de un pescador, quien se encontraba sumergido a varios metros de profundidad y a tres millas de la isla de Coche, ayer a la una de la tarde, reseña El Sol de Margarita.
Johnny Rafael Jiménez, oriundo de Araya, estado Sucre, buceaba sin bombona de oxígeno, y sólo vio un pequeño trozo de oro que relumbraba cual lucero en el firmamento. Se acercó hasta donde se encontraba aquella luz para verificar qué era. Vio un koala y en el cierre algo que lo impactó; una voz interna lo motivó a llevarlo consigo.
Cuando salió a la superficie les gritó a sus demás compañeros de faena, -Tom a Lee, Pedro Rafael López, Francisco López y Julio Jiménez- que revisaran lo hallado.
Se montaron en el bote, abrieron el bolso y encontraron 85 prendas de oro y plata, en forma de coronas, carros, piernas, bebés. Todos se miraron y exclamaron: “¡Encontramos el tesoro de la virgen!”.
El tesoro fue robado el 10 de noviembre de 2009. Sus ladrones lo sustrajeron aquel día del Museo Diocesano, ubicado junto a la Basílica Menor Nuestra Señora del Valle.
Ante tan sorpresivo hallazgo, los trabajadores del mar se dirigieron a Vigilancia Costera para notificar a las autoridades lo ocurrido.
Los pescadores estaban enmudecidos. Al reponerse de la impresión expresaron a los periodistas en el Destacamento de Vigilancia Costera 910, en Matasiete, que se sienten privilegiados de que la Virgen del Valle los haya escogido para devolverle sus más preciados tesoros.
Tom A Lee, de nacionalidad coreana, uno de los privilegiados, dijo en su poco español que en los 15 años que lleva residenciado en Araya no sintió mayor alegría que al ser partícipe del impresionante encuentro. Manifestó que sintió una felicidad infinita ante tal hecho.
Lee sugirió a las autoridades neoespartanas que sean sus compañeros de faena quienes devuelvan las joyas a la Patrona de los Pescadores .
Los demás trabajadores artesanales dijeron que sólo buscaban caracoles en el mar, como hacen a diario, pero que el hallazgo los dejó enmudecidos. Comentaron que zarparán nuevamente en los próximos días para verificar que no se hayan quedado otras pertenencias de la Madre de Jesús. Monseñor Jorge Aníbal Quintero, obispo de la Diócesis de Margarita, expresó con alegría que se repite la historia de la Virgen.
Nuevamente es el pescador quien regresa a la casa de la madre de nuestro Señor Todopoderoso sus ofrendas. Quintero, con mirada impactante, no dejaba de observar el tesoro que por casi dos años estuvo perdido.
Dijo que desconoce a totalidad la cantidad de joyas que fueron robadas, ya que días antes del hurto los encargados de la iglesia se encontraban contabilizando la cantidad de ofrendas que habían llegado hasta la Virgen. La aparición del tesoro es una de las muchas muestras de milagros y fe que concede la Virgen al pueblo, agregó.
Exhortó a la ciudadanía a que siga creyendo en el poder que irradia la Virgen del Valle.
Rosalymir Fernández/El Sol de Margarita