La cinta, la más taquillera del año en Venezuela y realizada con una subvención del gobierno venezolano, cuenta la historia de dos hermanos no de sangre, Daniel (Fernando Moreno) y Julio (Eliú Armas) que viven en un barrio pobre de Caracas y a quienes se les presenta la oportunidad de cambiar sus vidas y salir de la pobreza haciendo lo que más les gusta: jugando al fútbol. Pero la realidad de violencia que vive el país se interpone en su camino.
Sin embargo, la cinta no pretendía ser un retrato de la sociedad venezolana y una muestra de cine social, explicó Díaz en entrevista con dpa. “‘Hermanos’ es básicamente una historia de amor, de la familia más allá de los lazos de sangre, del sacrificio y de la búsqueda de sueños, enmarcada eso sí en una realidad muy concreta que es la nuestra, donde convivimos con la violencia”, explica.
Rasquin, autor del guión junto a Rohan Jones, concibió la historia desde Australia, donde se fue a estudiar cine. Y fue esa distancia la que le permitió una mayor conexión con su país, en un momento en que Venezuela estaba jugando mejor de lo habitual al fútbol y tenía posibilidades de clasificarse para un Mundial.
“La elección del fútbol era perfecta para retratar la búsqueda de los sueños, porque el deporte nacional venezolano es el béisbol y en el fútbol, si te llega la oportunidad, te llega sólo una vez. Y eso intensificaba aún más el drama, en cuanto los sueños eran más inalcanzables. Marcel dice que querer ser futbolista en Venezuela es como querer ser director o actor en el país”, apuntó Moreno.
Y es que el cine venezolano tampoco está llegando demasiado fuera de sus fronteras, pero eso podría cambiar pronto. El gobierno está ayudando con subvenciones del fondo procedente de la taquilla venezolana y el Centro nacional de Cinematografía, explica Díaz.
“El cine venezolano está viviendo una época interesante, hay un impulso que hace que más gente se involucre con el cine y lo trabaje de una forma más profesional, con gente como Marcel”.
Un talento que fue premiado en Los Ángeles con el Premio del Público, mientras en Moscú recibió el San Jorge del Oro del jurado, el premio de la Crítica y del Público, al igual que en Bielorrusia, donde además ganó un premio especial a la cinta que más toca el corazón de la gente. Pese a la distancia cultural, fue un éxito. “Un logro muy importante fue romper esa barrera entre dos latitudes tan diferentes en cultura, clima o idioma”, señala el joven actor.
Y mientras en Venezuela, la cinta tuvo una acogida excelente: ha sido la más taquillera del 2010, y se mantuvo 16 semanas en taquilla, todo un logro en el país, explica Díaz.
Rodada en Petare, en el cerrito de la Glorita en Caracas, “Hermanos” supone el estreno en el cine tanto del director como del productor y los protagonistas.
A&B producciones se había dedicado hasta ahora a la publicidad y Moreno aterrizó en la obra cuando le propusieron participar en el casting, tras haber empezado a hacer teatro en la universidad y haber participado en algunos papeles pequeños en otras cintas y en cortos. “En el casting indagaron sobre mi vida, cavaron profundo, estaban más interesados en nexos con el personaje que con el fútbol, aunque me ayudaron también mis capacidades futbolísticas”.
Su compañero de reparto, Eliú Armas, jamás había visto una cámara en su vida. “Lo elegimos viéndolo jugar al fútbol y pensó que estábamos de broma cuando le propusimos participar en el película”.
Los dos hermanos, junto con el personaje de Max (Alí Rondón) convivieron antes del rodaje para que creciera el vínculo, el eje central de la cinta. “Está claro que el director no apostó por nuestra trayectoria ni fama, carecíamos de ambas”.
“Hermano” está realizando actualmente ahora una importante labor de relaciones públicas en Los Ángeles de cara al Oscar y buscando compradores para distribuirse internacionalmente, contó el productor. Además, realiza una importante labor social dedicando un porcentaje de lo recaudado en las taquillas a UNICEF.
La sección oficial del Iberoamericano de Huelva presentó hoy también la coproducción argentina brasileña “La vieja de atrás”, de Pablo José Meza, protagonizada por Rosa (Adriana Aizenberg), una anciana de 81 años que propone vivir con ella a un joven estudiante de Medicina (Martín Piroyansky) que se ha quedado sin dinero para pagar el alquiler, en una emotiva historia sobre la soledad ambientada en Buenos Aires.