Ramón Espinasa, profesor adjunto de la Universidad de Georgetown en Washington D.C., explica que en el actual panorama de incertidumbre en el mercado petrolero y de la fortaleza del crecimiento económico, las oportunidades las tienen los productores de materias primas, y en ello destaca América Latina.
Pero en el caso de Venezuela, con reservas de hidrocarburos certificadas por más de 200 millardos de barriles y un interés por expandir su peso en el mercado de hidrocarburos al suscribir acuerdos para construir o ampliar refinerías, no ha podido aprovechar los años de bonanza para consolidar un circuito refinador internacional que le garantice colocación para su crudo y posibilidades de proveer más productos derivados.
Según Espinasa, «América Latina no puede competir con la mano de obra barata de Asia, pero sí en proveer materias primas como petróleo, gas o alimentos. Es una gran oportunidad que requiere de instituciones con confianza y de realizar inversiones a largo plazo. Hay nuevos mercados y eso requiere nuevas infraestructuras, que hoy son insuficientes».
Y Pdvsa, con algunas excepciones, acumula muchos proyectos internacionales con retrasos de ejecución, lo que la desmejora ante los proyectos de otros países productores como Brasil, Canadá o incluso México o Colombia.
Entre los complejos más emblemáticos anunciados desde el año 2005 resaltan las refinerías Abreu e Lima en Pernambuco, Brasil; la refinería Supremo Sueño de Bolívar en Nicaragua; la refinería Cienfuegos en Cuba; la refinería del Pacífico en Ecuador; o el centro refinador planificado en Siria, de la mano con Irán.
La refinería Abreu e Lima, de 230 mil barriles diarios en sociedad con Petrobras, ha avanzado gracias al empeño brasileño pues Pdvsa no ha concretado su aporte como socio. La estatal venezolana desde hace casi un año trata de conseguir las garantías financieras, que actualmente estaría gestionando ante el Bndes brasileño por $8 millardos.
En cuanto a la refinería en Nicaragua, prometida desde 2006 con la llegada de Daniel Ortega a la presidencia en Managua, pocos han sido los avances. La primera piedra del proyecto de $4 millardos fue colocada en julio de 2007 y según investigaciones de la prensa nicaragüense, a finales de 2010 solo se habían ejecutado $34 millones para realizar estudios, obras físicas en el terreno, y la construcción de un sistema de almacenamiento. Lo que sí ha abundado, según refieren los medios de comunicación de Nicaragua, son las denuncias por presunta corrupción y desvío de los fondos para la refinería Supremo Sueño de Bolívar.
En Ecuador el Gobierno de Rafael Correa refrendó la semana pasada la intención de levantar la refinería del Pacífico, pactada desde 2008 con un inversión de $5 millardos, y que procesaría un volumen inicial de 300.000 barriles diarios. Se espera que opere en 2015, siete años después del anuncio.
De la refinería en Siria se empezó a hablar en 2006, pero apenas en 2010 se firmó un acuerdo para levantarla en la ciudad de Homs. Tendrá una capacidad de refinación de 140 mil barriles diarios, y se espera esté operativa para finales de 2012, alimentada con crudo de Venezuela e Irán.
Uno de los proyectos que sí concretó Pdvsa fue la reactivación de la refinería Cienfuegos, que tras 11 años paralizada, en 2007 fue reactivada por Cuba y Venezuela, con una inversión de $100 millones ejecutada en año y medio, para que procese 65 mil barriles diarios; pero con planes de ampliarla hasta 150 mil barriles en dos años.