El XIV Congreso del PCV, al cual fueron invitados 56 partidos comunistas del mundo, fue el escenario para que, a pesar de la fraternidad, afloraran las contradicciones ideológicas entre los aliados. «Es imperativo deslindarse de los errores del socialismo del pasado. ¿Por qué los partidos comunistas no han logrado conducir un proceso revolucionario? Privan los reclamos laborales cuando se trata de darle poder al pueblo», afirmó Soto Rojas.
En respuesta, el secretario general del PCV, Oscar Figuera, advirtió que presionarán por «una Ley del Trabajo revolucionaria» porque es un mandato constitucional y constituye una herramienta política. «La nueva Ley del Trabajo no es más utilidades, más horas extras. La nueva ley garantiza los derechos políticos de las personas para que no sean castigadas por un burócrata que habla de socialismo pero se comporta como un reaccionario capitalista».
Agregó: «Seguimos viviendo en capitalismo. Aquí no hay socialismo aún. Hay que luchar por construir las fuerzas del socialismo. La pequeña diferencia con el pasado es que, desde el Gobierno, el jefe de Estado lucha por el socialismo».
Figuera aclaró, «sin derecho a réplica», posiciones y exigió al menos tres puntos al vicepresidente Elías Jaua, al canciller Nicolás Maduro, a la primera vicepresidenta del PSUV Cilia Flores y a Diosdado Cabello, así como a Aristóbulo Istúriz y Jesús Montilla, entre otros.
Uno, indicó que no se oponen a los consejos comunales, pero sostuvo que el socialismo lo construyen los trabajadores y por ello aboga por los consejos laborales y por elevar la conciencia de los ciudadanos. «Sin la clase obrera, el socialismo sería puro cuento. Los consejos comunales no entran en contradicción con el capital». Criticó que los trabajadores no sean incluidos en la Ley de Costos y Precios Justos: «Hay que confiar en ellos». Y, tercero, solicitó a Flores, Jaua y Maduro que el Estado intervenga para acabar con las mafias sindicales. Agregó que no expresará solidaridad si esas personas son detenidas.
Abogó por construir una dirección colectiva de la revolución. «No significa que confrontemos, sino que planteemos un debate de ideas con trabajadores, campesinos. La alianza es para garantizar el avance de la revolución al socialismo, fase inicial del comunismo».
Figuera criticó una supuesta matriz de opinión que crea pugnas en el oficialismo cuando, a su juicio, «la pelea a cuchillo es en la Mesa de la reacción. Se matan por el candidato, nosotros debatimos cómo profundizar el socialismo. Candidato ya tenemos». El XIV Congreso aprobará el apoyo a Hugo Chávez en 2012, aunque el presidente del PCV, Jerónimo Carrera, dijo que el respaldo era condicionado.
Ante el reclamo de un ex guerrillero de por qué no se reconocía a determinados dirigentes, aclaró: «El PCV se siente orgulloso de haber tomado las armas; no tenemos problemas en reivindicar las distintas fases de lucha de los pueblos que se defienden del imperialismo».