Granma, portavoz oficial del gobernante Partido Comunista, se refirió en particular al caso de tres ciudadanos juzgados en 2010 en la isla por fabricar antenas parabólicas y vender y recargar tarjetas satelitales, lo cual les proporcionaba “buenas ganancias”.
“Sus productos y servicios violan -y posibilitan que otros violen- las regulaciones emitidas por el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones y otras instituciones”, afirmó el diario.
En ese sentido, destacó que “por las emisiones televisivas ilegalmente distribuidas, llegan a diario mensajes desestabilizadores e injerencistas, ajenos a los valores culturales que dignifican al ser humano”.
Además, señaló que “en no pocos programas comparecen connotados terroristas que alientan la comisión de actos violentos en contra del pueblo cubano”.
“La defensa de la soberanía radio electrónica de Cuba es un derecho irrenunciable de nuestro pueblo, que se mantendrá vigilante ante quienes insisten en violar la legislación vigente”, subrayó.
En específico, Granma mencionó el caso de un vendedor de antenas condenado en 2010 en La Habana a un año y seis meses de prisión por el delito de Actividades Económicas Ilícitas, después de que las autoridades confiscaran en su vivienda varios materiales y artefactos en los que trabajaba.
El diario explicó que el negocio funcionaba mediante la contratación previa para confeccionar artesanalmente las antenas, que luego eran vendidas al precio de 50 pesos convertibles cubanos, equivalente a unos 54 dólares al cambio oficial.
Asimismo, citó como ejemplo a dos ciudadanos que vendían tarjetas satelitales marcas DIREC TV “a personas que poseían ilícitamente los accesorios para su empleo”, y también se dedicaban a recargarlas cobrando unos 30 pesos convertibles (32 dólares) en cada ocasión.
Precisó que la policía les incautó las tarjetas y varios metros de cables coaxial, extensiones de teléfonos y anotaciones con los datos de sus clientes.
Ambos ciudadanos fueron juzgados igualmente en un tribunal de La Habana en 2010 por el delito de Actividades Económicas Ilícitas, y se les impuso una multa y una condena de dos años de prisión.
En 2009 el mismo diario informó que la Aduana de Cuba continuaba detectando decenas de casos de viajeros que intentaban introducir “dispositivos electrónicos” en la isla de forma ilegal.
El tema de la tenencia y venta ilegal de esos equipos prohibidos ha sido tratado varias veces por los medios oficiales en los últimos años, pero pese a las advertencias los cubanos han tratado de mantener sus receptores camuflados y han buscado vías para decodificar y mantener las señales.
Como parte del fenómeno, se llegaron a crear miniredes con decenas de personas que accedían a las cadenas internacionales de televisión a través de un vecino poseedor del receptor que extiende un cable a sus “abonados”