Del total de 83.403 licencias autorizadas o en trámite, el 68 por ciento corresponde a personas que no tenían empleo formal, el 16 por ciento eran trabajadores y el 15 por ciento jubilados.
La actividad más demandada por los cubanos interesados en el trabajo independiente es la apertura de pequeños restaurantes o cafeterías («elaboración y venta de alimentos», según la denominación oficial), que representa el 22 por ciento de las licencias concedidas o en proceso.
Un 16 por ciento de los permisos es para la contratación de trabajadores por parte de particulares, una de las novedades más destacadas de los ajustes económicos porque abrirá la puerta a la creación de pequeños negocios.
El transporte de pasajeros, la producción y venta de artículos para el hogar, el arrendamiento de viviendas y la mensajería son otras de las actividades más requeridas para ejercer el llamado «cuentapropismo».
La ampliación y flexibilización del trabajo autónomo en Cuba, que comenzó a aplicarse a finales del pasado octubre, se ha planteado como una de las alternativas laborales a los despidos masivos en las plantillas estatales «infladas», otra de las medidas de calado del plan de ajustes del general Raúl Castro.
Ese proceso de «reajuste laboral» en las plantillas estatales, que supondrá la eliminación de 500.000 empleos públicos durante 2011, comenzó a aplicarse el pasado martes en cinco ministerios del país.
Según previsiones oficiales, en 2011 se suprimirán definitivamente en Cuba 146.000 puestos de trabajo estatales y unos 351.000 funcionarios públicos pasarán a otras formas de empleo independiente.
El plan de reformas planteado para superar la grave crisis económica que Cuba arrastra desde hace años será ratificado en abril por el VI Congreso del gobernante y único Partido Comunista, el primero que se celebrará desde 1997.