Es el primer Goya que consigue Venezuela, que solo había logrado hasta ahora nominaciones, la última la consiguió Carlos Azpurúa en 1999 con “Amaneció de golpe”, pero en aquella ocasión el premio fue para la argentina “El faro del sur”, de Eduardo Mignona.
“En Venezuela, desde el 7 de enero, cuando se anunciaron las nominaciones (de los Goya), esto se está viviendo como si fuera la final de un mundial de fútbol”, agregó el realizador, que tuvo un largo discurso de agradecimientos que incluyó a su familia, productores, equipo y a todo el cine venezolano.
Ferrari dijo que hacer una película sobre un tema tan sensible como la homosexualidad había sido un sueño hecho realidad. “Gracias a los valientes que se atrevieron a interpretar esta película y a poner voz y corazón a unas personas que no se interpretan por prejuicios”.
“¡Viva el cine español!, las dificultades se superan. ¡Viva Venezuela!”, agregó Ferrari, al borde de las lágrimas.
Primer Goya también para el cineasta, debutante con esta tragicomedia amable y desprendida, en la que se critica con buen humor, pero sin resquicios, la homofobia, la intolerancia y el rechazo a lo diferente.
Actor y guionista, Ferrari firma hasta el último detalle de una cinta que le ha llevado varios años sacar adelante, debut internacional del venezolano que ya probó fortuna con “Cortos Interruptus” (2011), una película que solo se estrenó en su país.
Esta coproducción hispano venezolana cuenta con dos actores españoles, el veterano Juan Jesús Valverde y el joven Nacho Montes, en un reparto sólidamente encabezado por un estupendo actor, Guillermo García, más conocido por sus papeles televisivos en series, como “Mi ex me tiene ganas” y las actrices Hilda Abrahamz y Daniela Alvarado.
“Hice una película que les habla a todos, independientemente de la opción que tengan. Una historia sobre el amor y el reencuentro. Espero que algún día los venezolanos lleguemos a reencontrarnos y a respetarnos a pesar de nuestras diferencias”, ha dicho el cineasta sobre su película.
Es, sin duda, el año para Venezuela del cine español, que tuvo su primer reconocimiento en el Festival de San Sebastián con la Concha de Oro para “Pelo malo”, tercer largometraje de Mariana Rondón, que también marcó un hito al ser la cuarta mujer en conseguir el máximo galardón de la prestigiosa muestra de cine internacional.
Al igual que “Pelo malo”, “Azul y no tan rosa” pone el dedo sobre la llaga de la intolerancia, en este caso con un registro desenfadado y muy “almodovariano”, influencia que Ferrari no solo reconoce, sino que, asegura, la disfruta provocando al espectador con guiños a su filmografía.