“Nada cambia”, “Chávez designa a un sucesor” y “se produce una intervención militar” son los escenarios que baraja Oppenheimer. La siguiente es la columna que publicó en el diario El Colombiano:
La admisión del presidente Hugo Chávez de que tendrá que “repensar su agenda” tras haber sido diagnosticado con una nueva “lesión” que podría ser cancerosa, plantea dudas sobre el futuro de su modelo narcisista-leninista.
Muchos de los que pensábamos que Chávez terminaría ganando las elecciones del 7 de octubre -gracias a una combinación del uso indiscriminado de fondos estatales para comprar votos, un casi monopolio de los medios de difusión y la intimidación de votantes opositores- deberemos repensar nuestros pronósticos. Chávez aún puede ganar, pero ya no es algo tan seguro.
La confesión de Chávez -tras meses asegurando que ya estaba curado e insultando a quienes especulaban lo contrario- de que el tratamiento del cáncer lo obligará a bajar el ritmo de sus actividades, sumada al masivo apoyo que recibió el candidato opositor Henrique Capriles en las elecciones primarias del 12 de febrero, son dos factores que indudablemente tendrán un gran impacto en la campaña electoral.
De repente, Chávez parece vulnerable. Los analistas políticos venezolanos ya no debaten si Chávez estará en el poder “más allá del 2019″ -tal como el mismo presidente afirmó-, sino si seguirá siendo presidente a fines de este año.
Hay tres grandes escenarios de lo que puede ocurrir en Venezuela:
Escenario 1: Nada cambia. Chávez reduce su ritmo de actividades, pero sigue en carrera para las elecciones presidenciales de octubre. Chávez podría ganar si, además del uso casi irrestricto de los medios electrónicos y la intimidación de opositores, su gobierno se beneficia de una escalada de los precios del petróleo en caso de un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán.
Además, Chávez se podría beneficiar del “efecto lástima”, que podría hacer que muchos venezolanos sientan simpatía por él debido a su enfermedad y lo apoyen en las urnas, aunque por otro lado muchos venezolanos resienten el hecho de que el presidente y sus ministros hayan mentido al negar airadamente rumores sobre su enfermedad.
Escenario 2: Chávez designa a un sucesor. Su salud se deteriora y el presidente venezolano designa a un sustituto para que compita en las elecciones de octubre, tal como lo hizo Fidel Castro en Cuba cuando anunció el 31 de julio de 2006 que se sometería a una operación y que cedía provisoriamente el poder a su hermano Raúl.
Cuba, cuya economía depende de los petrodólares de Chávez y es el país más interesado en mantener el status quo en Venezuela, será la primera en recomendarle a Chávez una sucesión como la de los hermanos Castro que mantenga vivo el gobierno, en la que Chávez seguiría siendo el “padre de la revolución” pero detrás de bambalinas.
Escenario 3: Una intervención militar, o “el escenario egipcio”. Chávez queda incapacitado o muere durante los próximos meses, y los militares venezolanos toman el poder con la excusa de impedir una ola de violencia.
Mi opinión: Cualquiera de estos tres escenarios es posible, pero para preservar lo que queda de democracia en Venezuela, la comunidad internacional debería advertir ya mismo a los militares venezolanos que no aceptará un “escenario egipcio” en Venezuela.
Lo último que necesita Latinoamérica tras la erosión de las libertades democráticas en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países es un regreso de las juntas militares.
Los dos primeros escenarios -gane quien gane- serían preferibles al tercero.
Andrés Oppenheimer, Tres escenarios para Venezuela