Ante la caída de los precios del crudo, los Estados fundadores se propusieron el objetivo de controlar sus propias fuentes de crudo en lugar de delegar en grupos petroleros, y asegurarse así beneficios mediante acuerdos para la extracción. Hoy el cartel petrolero está compuesto por 12 países miembro.
Desde 1965 la sede de la OPEP está en Viena, debido a la neutralidad de Austria. La organización celebra ahí varias veces al año conferencias, durante las que los ministros de Petróleo sellan acuerdos. Con ello tratan de estabilizar el mercado petrolero en niveles lo más elevado posible.
Sin embargo, no todos los países se atienen siempre a los acuerdos. Aun así, hasta la fecha no se han aplicado sanciones.
Como consecuencia de la crisis del petróleo, la OPEP ha perdido algo de influencia en el mercado del crudo. Entonces el cartel utilizó su poder como arma política en el conflicto de Cercano Oriente.
Los países petroleros anunciaron el 17 de octubre de 1973 que suspenderían el suministro de petróleo y amenzaron con elevar considerablemente los precios. De este modo los Estados de la OPEP querían obligar a los países importadores a tomar partido por el bando árabe en la guerra de Yom Kipur en la que Egipto y Siria se enfrentaron a Israel.
Los gobiernos occidentales reaccionaron ordenando drásticas medidas de ahorro energético. Como consecuencia se impulsó masivamente en todo el mundo la búsqueda de nuevas fuentes de petróleo para reducir la dependencia de la OPEP.
Actualmente el cartel extrae en torno a un tercio del petróleo mundial y posee, según datos propios, en torno a un 80 por ciento de las reservas.