“Deseamos que ambas partes aumenten sus esfuerzos para transformar el actual cese de las hostilidades en un alto el fuego duradero”, afirmó Williams después de reunirse con el primer ministro libanés, Saad Hariri.
En la reunión celebrada hoy en Beirut, Williams y Hariri examinaron posibles medidas para hacer progresar la resolución 1701, que puso fin a la guerra no declarada entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá durante el verano del 2006 y que decreta el cese de las hostilidades y el desarme de las milicias del sur del Líbano.
En ese sentido, Williams dijo que el próximo informe sobre la aplicación de dicha resolución será entregado al Consejo de Seguridad a finales de este mes.
Por otro lado, se congratuló de los “progresos notables registrados recientemente en las relaciones entre el Líbano y Siria”.
Williams hizo referencia a la reunión mantenida ayer en Damasco entre los presidentes del Líbano y Siria, Bachar al Asad y Michel Suleimán, respectivamente.
“Esos progresos están relacionados de modo directo con la aplicación de la resolución 1701″, subrayó el coordinador especial de la ONU en el Líbano, en alusión a las acusaciones israelíes de que Siria e Irán envían armas a Hizbulá.
Por otro lado, Williams mostró su esperanza de que el diálogo nacional libanés, que se reanuda mañana, “logre también progresos relacionados con la elaboración de una estrategia de defensa nacional que examine la cuestión de las armas que escapan al control del Estado“.
Este armamento en poder de Hizbulá causa controversia entre los libaneses, ya que, mientras que la mayoría parlamentaria, cercana a Occidente, pide que esas armas estén bajo el control del Estado y que el brazo armado del grupo chií se integre en las fuerzas de seguridad, otros grupos lo rechazan.
EFE