En la presentación de su película en Washington, un documental sobre la asunción al poder de líderes de izquierda latinoamericanos, Stone retomó sus críticas a la política exterior de su país basada en ser “policía” del mundo.
“Es una vergüenza mantener siete bases (militares de Estados Unidos) en Colombia”, lamentó en su alegato por una estrategia de “respeto mutuo” y no una que convierta a este país en el “Afganistán o Vietnam” de América Latina.
La perpetuación de ese tipo de política choca, en su opinión, con los nuevos líderes de Latinoamérica “unidos” que persiguen una “agenda independiente”, según concluyó de su serie de entrevistas al presidente de Venezuela, Hugo Chávez; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Bolivia, Evo Morales, y de Cuba, Raúl Castro.
Para comprender la verdad del continente, se refirió a un “índice de relatividad” para percibir las diferentes realidades que no retratan los medios de comunicación estadounidenses.
En ese sentido, Stone aseguró que Venezuela no es una dictadura y “no hay una tendencia de abusos” a los derechos humanos, pero sí que la hay en Guatemala y en México, y una “horrible, horrible historia de abusos de paramilitares en Colombia”.
“Pero si hubiera un asesinato en Venezuela, sería la portada de todos los periódicos estadounidenses”, insistió, reiterando sus críticas a los medios de comunicación de su país sobre la cobertura de las políticas de Chávez.
No obstante, Stone prefirió no responder debido a la “complejidad” del problema sobre las presiones a periodistas en Venezuela, como la condena a prisión del periodista Francisco “Pancho” Pérez o la orden de detención contra Guillermo Zuloaga, presidente de la cadena opositora Globovisión.
En su lugar, cedió la palabra al guionista del filme Mark Weisbrot, junto a Tariq Ali, quien argumentó que existe una “dura lucha entre los medios de comunicación privados y los Gobiernos” en Venezuela y muchos países del continente.
EFE