Odubel Herrera: “Cometí un error y me arrepiento”

Odubel Herrera tuvo un 2015 con muchas razones para recordarlo. Podría decirse que comenzó en el  2014 con su título de bateo en la Texas League, con los Rangers de Texas, en doble A.

Ese logro le valió para que muchos ojos dentro de la Liga Venezolana de Béisbol estuvieran sobre él en su primer año, situación que dominó a la perfección alcanzando los galardones de Novato del Año y Más Valioso de la Lvbp, además de quedarse con el título de bateo en Venezuela, y otras marcas más.

También comenzó el año pasado con la oportunidad de comenzar en Grandes Ligas desde el primer día, al ser tomado en el draft de regla 5 por los Filis de Filadelfia. Lo aprovechó y terminó con .297 de promedio en su primera campaña en el “Big Show”.

Pero el 2016 comenzó con el pie izquierdo. Figura y emblema de los Tiburones de La Guaira toda la atención estaba centrada en lo que pudiera brindar al club durante la semifinal frente a los Tigres de Aragua. La meta: llegar a la final.

Antes del segundo juego, “El Torito” anunció a la gerencia que sería su último encuentro. La razón: prepararse para los campos primaverales. La decisión creó un huracán de opiniones de aficionados, compañeros de equipo y medios de comunicación.

A Herrera, proveniente de San José de Heras, un pueblito al sur del estado Zulia, la presión y mal manejo de su situación por parte de su agente Leo Gómez lo inclinó a dejar de jugar, según explicó él mismo y su familia.

“Solo sé jugar béisbol de una manera y es la que todos conocen, es la que me ayudó a conseguir mi sueño, y la que me acercó a todos los aficionados de La Guaira”, respondió para PANORAMA desde su hogar.

“Mi agente me presionó mucho desde el inicio de la temporada regular en Venezuela para que no jugara y yo eso no iba a hacerlo. Yo lo único que sé es jugar pelota y no me veía en mi casa echado viendo los partidos por televisión”.

Sus padres y amigos también sintieron los momentos de tensión que Herrera vivió.

“Era una llamadera insistente para que no jugara y, cuando decidió hacerlo, entonces le decía que jugara a media máquina, como si los principios con los que se formó pudiesen doblarse como una servilleta y echarse a la basura”, comentó su entrenador de niño y amigo cercano, Yonys González.

“Yo no estaba bien en el campo muchas veces. Entiendo que mi futuro está en las Grandes Ligas pero mi presente, en ese momento, era jugar con La Guaira y yo no lo estaba  haciendo de la manera correcta”, confesó. “Para seguir así era preferible apartarme del equipo pensando que haciendo las cosas como estaba pasando podía interrumpir lo que buscábamos: el título”.

Un par de mensajes en un ‘fanpage’ en Facebook delataron una situación que se ha tornado tensa para el jardinero grandeliga.

“¿Cuáles mensajes?”, preguntó con asombro cuando se le consultó sobre los escritos donde ofreció disculpas y explicó las supuestas razones de su ausencia. “Yo no escribí nada de eso. Yo ni tengo las contraseñas de esa broma”, dijo con más incredulidad y con molestia. “Yo no autoricé a que dijeran eso. Ni sé lo que dicen los mensajes. Con razón la gente y por televisión dijeron todo lo que dijeron”, comentó más adelante.

“Me siento muy mal por el equipo. Siento mucha responsabilidad por no haber conseguido nuestra meta. Nada de lo que diga va a retroceder el tiempo y cambiar que lo que hice, por razones que no ocurrirán de nuevo, estuvo mal. Cometí un error y estoy arrepentido”, asumió sin desparpajo.

“Tengo mucho agradecimiento a Jorge Velandia porque me ayudó muchísimo el año pasado, muchas de las oportunidades que recibí fueron por él. A mi mánager Buddy Bailey también, ese señor me cambió mi forma de jugar, me envió a los jardines y gracias a eso yo estoy jugando al lado de las estrellas. Es difícil para mi no pensar que él no estará el próximo año, en parte, por mí”, razonó con mayor frustración.

“Yo esperó que mi segundo año sea tanto o mejor que el pasado, pero también espero que los Filis me dejen jugar la próxima temporada y sacarme esta espina que tengo. Yo juego béisbol y los que estén conmigo de hoy en adelante deben entender que esto es parte de mi vida, hasta que Dios así lo permita”.
Herrera entiende la molestia de los aficionados, de quienes espera un poco de comprensión de hoy en adelante.

“Quien me conoce sabe de lo que soy capaz cuando estoy uniformado. Y que no hay nada que me quite las ganas de estar metido en un terreno”, soltó.

“Él ha estado muy inquieto, aunque no lo reconozca, pero nosotros conocemos a nuestro chamo”, conversó su papá, quien lleva el mismo nombre de su primogénito. “Ese señor y la situación se lo llevaron por delante, pero de los golpes aprendemos y nos levantamos”, apuntó.

Herrera se preparará en Mérida desde esta semana con un trainer personal buscando llegar a tono al Spring Training en Clearwater. “Esto no se olvida fácil, pero debo buscar la forma de concentrarme y pensar en lo que viene. Ojalá pueda uniformarme otra vez y demostrarle a mi gente de La Guaira que tienen “torito” para rato”.