«Solo con los 19 afiliados que nos han manifestados su preocupación por la toma, calculamos que alrededor de 1200 usuarios estarían siendo afectados directamente por la medida. Entre ellos hay taxistas, conductores de carros por puesto, de motos y pequeños camiones de carga, además de los carros de las familias de la zona. Entendemos que la intervención busca solucionar un problema, pero está causando inconvenientes a residentes y pequeños empresarios», indicó Carlos Ayala, director de Anpage.
El representante de la asociación, destacó también que el sector de Estacionamiento, por su naturaleza, presta un servicio público de guardia y custodia de vehículos y que éste es (después de la vivienda) el bien más importante de una familia de clase media, por lo que la custodia de este bien se estaría viendo afectada.
También hizo un llamado de atención a las consecuencias que traerá la eliminación de todos los puestos de estacionamiento para las actividades comerciales y habitacionales de Santa Rosalía y Santa Teresa.
En desacuerdo con la medida
La Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), rechazó la medida de intervención de los terrenos.
«Creemos que es necesario establecer el fundamento que precisa esta acción, que a primeras luces pareciera que no tiene un fundamento válido. Se están violentando los derechos de propiedad por una parte y por otra se está afectando a los usuarios, lo único que se evidencia con estos hechos es la forma autoritaria de actuación del gobierno», indicó Carlos Calderón, asesor de Anauco.
Por su parte, Víctor Maldonado, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, calificó la toma militar como un error inexcusable.
«Es imperdonable que se salte cualquier tipo de planificación urbana a largo plazo y se utilice la emergencia de los damnificados para crear una ciudad y una colectividad más caótica e improvisada. Además Los militares no están ahora para eso, los militares no tienen que ser la avanzada de la improvisación del gobierno, de esta forma cualquier solución se convierte en un hecho de fuerza y eso es inaceptable», expresó Maldonado.
Bajo la incertidumbre
Entre los propietarios solo existe la incertidumbre. Pese a que los uniformados anunciaron que disponían de 48 horas para desocupar los terrenos, lo cierto es que la acción no se aplicó ayer y que de acuerdo a la alcaldía de Libertador los dueños deberán esperar que se realice el estudio de los suelos, para saber el destino de sus propiedades.
«Ayer asistí a la citación en Control Urbano de la Alcaldía de Caracas que me entregaron cuando vinieron a ocupar el estacionamiento y lo que nos dijeron fue que la presencia de la milicia obedece a una medida de aseguramiento de los terrenos, que todavía no están expropiados porque tienen que hacer pruebas para ver si los mismos son aptos para hacer viviendas, pero no dijeron en qué fecha van hacer las pruebas; mientras tanto nosotros no podemos trabajar. Si las pruebas dicen que los terrenos no son factibles, devuelven los estacionamientos», dijo Isacar Rojas, quien expresó su preocupación por la imposibilidad de trabajar y no saber cómo va a pagar el crédito 300 millones por la compra de su casa.
Vecinos no saben qué hacer
Los habitantes de Santa Rosalía y Santa Teresa aseguran que nunca se había visto carros estacionados en las calles de noche, pero ayer ante la medida sorpresiva, más de uno tuvo que dejar su auto en la calle. «Nos han obligado a exponer nuestros autos a la inseguridad, no previeron las consecuencias, ni cómo nos iban a perjudicar», comentó Silvia Regnault.
Sergio Cárdenas, trabajador de Santa Rosalía, vio la toma de los estacionamientos como una acción no consultada. «Veo todo esto y lo que me siento es afligido, porque demuestran que no toman en cuenta a la comunidad. Los más perjudicados somos los que venimos diariamente a trabajar en esta zona», comentó.
Al consultar al Jefe de la Unidad de Documentación y asuntos Legales de la Alcaldía de Caracas, Jorge De Quesada, sobre el origen de la orden de intervención de los estacionamientos, indicó que no está autorizado para dar ninguna declaración sobre el tema.