Según el boletín de la Policía Civil del estado de Río de Janeiro, la ciudad más afectada por la que es considerada como una de las mayores tragedias naturales en la historia de Brasil fue Nueva Friburgo, en donde el número de víctimas llega a 319.
Los equipos de rescate también encontraron 277 cuerpos en la ciudad de Teresópolis, 56 en Petrópolis, 19 en Sumidouro, 4 en Sao José do Vale do Río Preto y uno en Bom Jardím.
Esas cifras pueden ser mayores debido a que los equipos de rescate aún buscan a al menos 208 personas que no han sido localizadas por sus familiares.
La alcaldía de Teresópolis trabaja con una lista de 177 desaparecidos, la de Petrópolis con una de 26 y la de Sumidouro con una de 5, en tanto que las autoridades de Nueva Friburgo, la ciudad más afectada, desconocen el número de desaparecidos.
Según la Defensa Civil, al menos 6.050 personas perdieron sus viviendas y otras 7.780 tuvieron que abandonarlas temporalmente y refugiarse en gimnasios y escuelas públicas debido a que están ubicadas en áreas de riesgo.
El Gobierno brasileño, que ha movilizado a varios ministerios para atender a los damnificados y reforzar los equipos de rescate, volverá a hacerse presente este martes en la región con dos ministros.
Por determinación de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que el jueves pasado visitó las áreas más afectadas con siete miembros de su Gabinete, los ministros de Defensa, Nelson Jobim, y Justicia, José Eduardo Cardozo, regresarán hoy a la región serrana para supervisar los trabajos de rescate y de reconstrucción.
Además de cerca de 1.500 socorristas del Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil y la Policía, en las tareas de rescate participan cerca de 1.000 miembros de las Fuerzas Armadas y de la Fuerza Nacional de Seguridad.
Las operaciones de rescate pasaron a ser coordinadas a final de semana por las Fuerzas Armadas, que montaron una base aérea de operaciones en la Granja Comary, el campo de entrenamientos de la selección brasileña de fútbol en Teresópolis.
Según un estudio divulgado ayer por el Gobierno, cerca de cinco millones de personas viven en 500 áreas de riesgo en Brasil en las que se pueden repetir tragedias como la de la semana pasada en Río de Janeiro.
Las cifras fueron divulgadas por el ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante, en un acto en el que anunció la creación de un sistema de alarma y prevención de desastres naturales que, según el funcionario, podrá estar operando por completo en unos cuatro años.
La prensa brasileña recordó hoy que en 2005, tras otra tragedia provocada por las lluvias, el entonces presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, también anunció que montaría un sistema de alarma más eficaz.