Al menos 84 personas murieron en el tiroteo que se produjo en medio de una reunión de jóvenes laboristas en la isla de Utoeya, cerca de Oslo, y otros siete en la explosión de una bomba en el barrio de los ministerios en la capital noruega, declaró un responsable de la policía en Oslo.
La policía dijo que el sospechoso de haber cometido los dos ataques es un “fundamentalista cristiano”.
El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, calificó el sábado de “tragedia nacional” al doble atentado que dejó 91 muertos el viernes en Oslo y sus alrededores, según el último balance.
“Nuestro país jamás había sido afectado por un crimen de esta magnitud desde la Segunda Guerra Mundial”, declaró Stoltenberg durante una rueda de prensa.
Presente a su lado, el ministro de Justicia Knut Storberget dijo que no había razones para aumentar el nivel de amenaza que pesa contra Noruega.
“Es una pesadilla”, agregó el jefe de gobierno, refiriéndose “al miedo, la sangre y la muerte” que enfrentaron los jóvenes que asistían a la universidad de verano de la juventud laborista cuando un hombre disfrazado de policía abrió fuego en la isla Utoeya, cerca de Oslo, matando a unas 84 personas.
“Esto duele aún mucho más porque Utoeya es un lugar adonde voy cada verano desde 1974. Allí he conocido la alegría, el compromiso y la seguridad. El lugar ha conocido ahora una violencia brutal y un paraíso de la juventud que se ha convertido en un infierno en pocas horas”, precisó.
Otras siete personas perdieron la vida en la explosión de una bomba que causó gigantescos destrozos en la sede del gobierno de Oslo el viernes por la tarde.
La policía arrestó a un hombre, un noruego “de pura cepa”, de 32 años, y sospecha que está involucrado en ambos ataques.
Los medios de comunicación noruegos identificaron al sospechoso como Anders Behring Breivik, una información que la policía se niega a confirmar.
Las banderas serán colocadas a media asta, anunció Stoltenberg.