Nueva York va camino de lograr este año un nuevo récord de visitas, según datos divulgados hoy por su alcalde, Michael Bloomberg, que cifró en 47,5 millones de personas las que durante 2010 habrán elegido la Gran Manzana para pasar unos días de turismo.
De cumplirse las previsiones de las autoridades locales, el número de turistas en 2010 superará en cerca de medio millón al de 2008, cuando se registró el último récord, lo que supone una gran noticia para una ciudad que tiene en el turismo su quinta mayor fuente de ingresos.
Además, representará un aumento del 4% respecto a los 45,6 millones de turistas recibidos en 2009, cuando la recesión hizo mella en el presupuesto de los viajeros, especialmente en el de los estadounidenses, y se registró el primer descenso de visitas desde 2001.
Según cifras de la Alcaldía de Nueva York, la ocupación hotelera entre enero y junio de este año fue un 6,8% más alta que en el mismo período de 2009.
Asimismo, el número de pasajeros que pasaron por la estación de trenes de Pensilvania, sin incluir los que viajan diariamente a la ciudad para acudir al trabajo, aumentó un 9,4% en la primera mitad de 2010 en comparación con los primeros seis meses del año pasado.
Incluso los teatros de Broadway pasan por un buen momento, tras vender 6 millones de entradas entre enero y junio, un 3,7% más que el año anterior.
Las autoridades calculan que cada año los turistas aportan a la economía de la cuidad unos 30.000 millones de dólares y que uno de cada nueve trabajadores de Nueva York tienen empleos directamente relacionados con la acogida de turistas, como los ofrecidos por hoteles, restaurantes, museos y teatros.
El objetivo de Bloomberg es que en 2012 se alcancen los 50 millones de turistas.
«Nos hemos marcado una meta muy ambiciosa y me alegra decir, pese a no poder garantizarlo, que estamos en camino de cumplirlo», aseguró hoy el alcalde de la Gran Manzana durante la presentación del proyecto de remodelación de la terminal de Delta Airlines en el aeropuerto JFK de la ciudad.
El proyecto de 1.200 millones de dólares incluye la construcción de nuevas puertas de embarque internacionales para grandes aeronaves, la ampliación de la sala de recogida equipajes y nuevas instalaciones para el control de pasaportes, entre otras mejoras.
La mayor aerolínea del mundo, que presta cada año servicio a once millones de pasajeros desde el JFK, indicó que las obras durarán cinco años.