Han recibido una tarea —tramar una “precuela” que satisfaga a los fanáticos de la serie “X-Men” y atraiga a nuevos seguidores a los cines— y, a unos pocos días del estreno mundial, piensan que lo han logrado.
Gran parte del reparto se congregó recientemente en Londres para hablar de la película en una mesa redonda que se centró en el reto de crear una vida temprana creíble para personajes ya interpretados en cuatro películas exitosas por maestros como Patrick Stewart e Ian McKellen.
Esta vez, actores mucho más jóvenes interpretan a los mutantes en sus años formativos, cuando aún descubrían sus poderes especiales que les separaban del resto de la humanidad. Como resultado, “X-Men: First Class” está llena de crisis de identidad, con los mutantes batallando con el dilema central: Controlan las diferencias para ser aceptados por la humanidad, o celebran lo que les hace únicos, no importa las consecuencias.
En lugar de McKellen y Stewart en los papeles clave de Magneto y el Profesor X; están Michael Fassbender y James McAvoy, que comienzan como aliados pero terminan como enemigos. Lo más cercano a una eminencia en la película es el veterano hollywoodense Kevin Bacon, que tiene el papel del mutante villano Sebastian Shaw.
Fassbender, un talentoso actor de antecedentes alemanes e irlandeses, dijo que no se sintió atado por las interpretaciones previas de Magneto, incluso si su enfoque no atrae a los fanáticos de las películas anteriores, que convirtieron las viejas historietas de Marvel en una lucrativa franquicia de cine a partir del 2000.
“Pienso que todos sabemos que existe una enorme fanaticada y queremos que les guste”, dijo Fassbender, visto en el 2009 en “Inglourious Basterds”. “Ellos son la audiencia inmediata a la que nos dirigimos, pero pienso que debe haber también un cierto irrespeto por ellos, porque estamos tratando de crear algo nuevo. Uno trata de tomar decisiones que uno piensa puede justificar, y uno tiene que olvidarse de todo o no podrá tomar decisiones atrevidas. Y pienso que todos tomamos decisiones atrevidas y riesgos”.
McAvoy dijo que ello significa que el nuevo reparto tendrá la culpa si la película fracasa en las taquillas, una suerte que hundiría planes para otros dos capítulos previos y para la supervivencia de la franquicia por unos cuantos años.
“Es intimidante, porque las cuatro películas previas ganaron mucho dinero, así que a la gente les gustan los personajes lo suficiente como para ir a verlos al cine”, dijo McAvoy, que tuvo importantes papeles en “The Last King of Scotland” y “Atonement”. “Si eso no resulta, tenemos toda la culpa”.
Dijo que su enfoque hacia el Profesor X fue mostrar lo diferente que era el personaje de joven, cuando apenas estaba descubriendo el alcance de sus fenomenales poderes telepáticos. El director Matthew Vaughn había dejado bien claro al inicio del proceso que no quería que McAvoy y Fassbender simplemente interpretasen versiones jóvenes de Stewart y McKellen.
Esa decisión significó desarrollar una vida interna y antecedentes para los personajes, y mostrarles en el torbellino de la juventud, cuando sus personalidades aún están en formación.
Fassbender dijo que los fanáticos se identifican con la lucha de los mutantes por su identidad y por respeto. La nueva película muestra cómo los jóvenes mutantes se encuentran entre sí y establecen profundos lazos basados en el enorme alivio de no estar solos.