Esta es la teoría de «la mirada tímida».
Esto es así: hay chicos que te atraen sin conocerlos mucho. No sabes por qué, pero te pasa. Y te pasa tan fuerte que te haces preguntas muy serias: «¿por qué?» o «¿¡¡¡POR QUÉ!!!?».
Tranquila, venimos a demostrarte una teoría que hemos llevado a la práctica en la redacción para que despejes esas dudas tan vehementes y que te fijes más la próxima vez. Nuestro chico cobaya, qué maravilla él, Liam Hemsworth.
La teoría se cimenta en una base: los ojos del sujeto, en concreto, en lo que se llama «la mirada tímida», y se apoya en dos puntos claves del rostro: las aletas de la nariz y la sonrisa. Hemos comprobado que todo aquel que posea estas tres armas innatas se convierte en un foco de atracción sin ni siquiera planteárselo.
1. Ojos risueños
«La mirada tímida» tiene un poder similar al de cualquier mirada de Zoolander, pero a nivel monería, es decir, cualquier chico que tenga ojos risueños, mirada huidiza e incapacidad de ejecutar otro tipo de pose, se convierte en potencial especímen de esta teoría. Esto es de lo que os hablamos: ¿cómo es posible que Liam intente adoptar un rol sexy y no pueda? Porque es simplemente monísimo, aunque pretenda proyectar un papel más «agresivo».
2. Aletas de la nariz
Son la clave definitoria número dos y se asocian a la mirada cuando sonríe y se abren más de lo normal. Denotan un estado de receptividad implícito, es decir, el chico en cuestión es un extrovertido inteligente y probablemente tenga un diálogo interesante. El punto 3 es el más determinante.
3. Sonrisa
A los chicos de mirada tímida les cuesta sonreír enseñando dientes. No les preguntes por qué, son así. Independientemente de que los tengan colocados o necesiten un dentista. Si los dos puntos se cumplen y el chico por el que te has pillado sonríe de medio lado, estás ante un Liam Hemsworth de la vida. Es de fiar, adelante con él chica Cosmo.
Fuente.Cosmopolita