La compañía realizó el anuncio tras presentar su segunda caída consecutiva de beneficios anuales por una ralentización de las ventas de la Wii y los efectos del terremoto del 11 de marzo en el gasto de los consumidores japoneses.
Para contrarrestar la competencia cada vez más fuente de otros fabricantes de consolas como Sony y de fabricantes de teléfonos inteligentes, como Apple, Nintendo necesita nuevas máquinas innovadoras con las que recuperar usuarios.
Como parte de esa campaña, Nintendo lanzó un dispositivo que ofrece juegos en 3D sin lentes especiales, el 3DS, a finales de febrero en Japón y un mes después en Estados Unidos y Europa.
En el año de negocios que acaba de concluir, las ventas de consolas Wii cayeron a 15,1 millones de unidades desde 20,1 millones del año anterior. La firma espera que las ventas caigan en unos dos millones de unidades adicionales este ejercicio.
Las ventas de su aparato DS sin opción de 3D se redujeron en casi 10 millones de unidades, a 17,5 millones, y la compañía espera que esa cantidad se reduzca en 11 millones en este período.
El beneficio operativo de Nintendo cayó en un 52 %, a 171.100 millones de yenes (1.440 millones de euros) en el año que concluyó en marzo, desde 356.800 millones de yenes el año anterior, por debajo de la previsión de Thomson Reuters SmartEstimate de 200.800 millones de yenes.
La firma espera un beneficio operativo de 175.000 millones de yenes para el ejercicio que concluye en marzo de 2012, frente a un consenso de 215.800 millones de yenes, basado en la opinión de ocho analistas consultados por Thomson Reuters I/B/E/S tras el desastre del 11 de marzo.