«No podrá esta derecha española obsesionada con el presidente Chávez destruir estos lazos que estamos dispuestos a acrecentar», enfatizó Maduro, quien denunció «una campaña de difamación» contra el gobierno venezolano a raíz de recientes declaraciones de presuntos miembros de ETA.
Los presuntos etarras Juan Carlos Besance Zugasti y Xavier Atristain Gorosabel, detenidos la semana pasada en España, indicaron en un interrogatorio que siguieron «cursillos de formación» en 2008 en Venezuela, según un auto judicial difundido el lunes que ya fue enviado a las autoridades venezolanas.
De acuerdo con la justicia, uno de sus instructores fue Arturo Cubillas, presunto miembro de ETA que reside en Venezuela desde 1989 en virtud de unos acuerdos internacionales y ya tiene nacionalidad venezolana.
Estas acusaciones fueron rechazadas el lunes por el gobierno de Chávez, que afirmó en un comunicado que «refuta y desmiente cualquier aseveración que pretenda vincularlo con la organización terrorista ETA, cuyas actividades rechaza sin paliativos».
Chávez, por su parte, aseguró que estos hechos «forman parte de esta orquesta que sigue sonando contra la revolución bolivariana en los cuatro puntos cardinales de este planeta».
La justicia española, sin embargo, sospecha desde hace meses que Venezuela sirve de escondite a miembros de ETA.
En marzo, un juez español ordenó detener a 12 presuntos miembros de este grupo armado vasco y de la guerrilla colombiana de las FARC por su supuesta colaboración y el intento de asesinato en España de personalidades colombianas. Entre los procesados figura Cubillas, quien sigue en libertad en Venezuela.
La justicia española señaló además que esta colaboración entre ambas organizaciones contó con «cooperación gubernamental» venezolana